Suspiro frustrada tratando de hallar comodidad en mi cama. Como el delirio de una ilusión frustrante, doy otra vuelta sobre las sabanas obligándome a encontrar la tranquilidad del sueño, pero es imposible, no puedo. No Puedo conciliar el sueño cuando el remolino dentro de mi pecho choca y choca queriendo salir, querido arrasar.
Lo único que puedo hacer es recordar en bucle, una y otra vez la imagen de Athan afirmando que buscará mi perdón, como si eso fuera de alguna manera posible. Como si realmente creyera la estupidez que dijo.
Una punzada de rabia me hace estremecer nuevamente, y busco otra posición en la cama, mientras me recuerdo a mí misma sorprendida por sus palabras, demorándome en reaccionar, porque de no haber sido así juro que en este momento sus amiguitos alfas y sus amiguitas lunas, y en general todo su asquerosa manada, ya estarían llorando sobre su cadáver. Ese que muy seguramente habría quedo irreconocible, completamente arrollado, demostrando lo humillante que habría sido su final.
— No hay perdón. — comenta Megara
— Así es. No hay perdón para nadie. — concuerdo.
Entendiendo que por culpa de ese asqueroso lobo no poder dormir esta noche, me levanto de la cama frustrada y me dirijo rumbo a las fronteras a ayudar a hacer guardia a los guerreros.
Al menos debo ser útil en vez de estar perdiendo el tiempo acostada. Además, esto ha de servir para dejar de pensar en lo estúpido que es Athan.
Cundo ya estoy en los límites de nuestra manada, los guerreros al verme me saludan animadamente y siguen en lo suyo. Rondan y se mantienen alertas. Sus sentidos están atentos a cualquier cosa, mientras dos se encargan de llevar información de un grupo a otro.
Con ganas de estar sola, y de no interrumpir su concentración, busco un buen lugar donde pueda hacer guardia. La verdad no me demoro mucho en hallar un buen lugar. Estoy segura que el gran árbol que se ha cruzado en mi camino puede darme lo que quiero en este momento.
Con agilidad trepo hasta la copa del gigantesco árbol. Desde aquí puedo ver gran parte de nuestro territorio y también puedo apreciar la hermosa noche estrellada que deja en todo su resplandor a la luna menguante.
Me acomodo sintiendo la frescura del viento acariciar mi rostro y revolver mi cabello. Por un momento suspiro, y dejo que el ambiente me calme. Hipnotizada por la tranquilidad de la noche me relajo en las ramas del árbol, hasta que siento un escalofrió recorrerme mientras unos tenues susurros llegan a mis oídos sin aviso, ni rastro.
"Yo sé tus deseos. Yo sé tus miedos. Yo soy tu perdición. Espérame pronto, querida Luna."
Volteo mi mirada buscando en la lejanía y logro ver dos brillos azules que se mueven entre la espesura del bosque. Me vigila. Alguien me está asechando. Alguien nos está vigilando desde las penumbras.
No ha pasado nuestros límites, por eso el viento se mantiene sereno. Sea quien sea, es obvio que no quiere atacarnos ahora. Eso es claro, o si no su amenaza hubiera sido oída por los guerreros, lo que me hace pensar que uso algún truco para que solo pudiera yo detectar su voz.
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La venganza de la luna (En corrección)
WerewolfLa venganza de la luna habla de la vida de Calipso, nuestra protagonista, quien siendo monja de un convento de su localidad es arrebatada de la dimensión mundana y llevada a la dimensión sobrenatural conocida como Dexari, donde un nuevo mundo carga...