Una loba

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[Capítulo 5]

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[Capítulo 5]


{Abby}

Vi a Sadashi negar y sonreír segundos después de que yo también lo hiciera y di otro trago a mi bebida. Dasher había negado hacia mí levemente con la cabeza y con la mirada gélida exigió que declinara la propuesta de mi hermano.

«No, cariño. No pretendas que haga lo que te conviene», quise decirle, pero me lo guardé para mí.

—Si yo fuera tú, aceptaría de una —habló la asiática y se ganó mi atención—. En lo personal, me gustaría que Aiden deje de estresarse tanto por no tener a alguien de confianza manejando las páginas web de la compañía o la publicidad de ella. Además, a Asia le encantaría tener a su tía cerca —Me sorprendió su declaración.

Tendí a creer que Sadashi no se llevaba bien con ningún ser humano a excepción de mi hermano y su hija, pero ahí estaba, dejándome sin palabras.

—¡Ahh, tremendo cucarachón! Tienes sentimientos —me burlé para cortar un poco la tensión con Dasher y ella me mostró el dedo medio—. Acepta que me quieres, que soy tu cuñada favorita y solo por ti diré que sí de una —seguí jodiéndola.

Aiden y Bárbara rieron por mi broma, de soslayo vi que Dasher endureció la mandíbula y no dejó de verme. Él sabía que sentía su mirada y me estaba retando. Y de pronto Shi hizo algo que no esperé: carraspeó, sonrió con malicia y me miró directo a los ojos.

—Podría hacer eso, pero te conozco, Abigail y sé que no eres de las mujeres que hacen algo que no quieren solo por complacer a los demás, o por el contrario, que dejan de hacer lo que les apasiona únicamente para que otras personas se sientan felices, tranquilos o conformes —aseguró con tanta convicción, que sentí que me estaba retando o probando.

O que estaba lanzando una daga de cruda verdad directo al corazón de cierto rubio que la miró molesto sin que nadie, a excepción de mí, lo notara.

Las palabras de mi cuñada hicieron mella en mí y analicé que si no hubiese estado Dasher en el medio, habría aceptado enseguida la propuesta de mi hermano, ya que amé lo poco que hice para su compañía y tenía tantas ideas en la cabeza para ayudarlo, que trabajar con él me ilusionó. Luego las palabras de Andrea sonaron en mi cabeza como si le hubiese tenido enfrente diciéndomelas y entonces todo lo demás dejó de importarme para concentrarme en hacerme feliz a mí misma.

—¿Cuándo comienzo, jefe? —pregunté segura.

—¡Sí! —exclamó mi hermano y se puso de pie para llegar a mí, tomarme de la mano y pegarme a él para abrazarme.

Bárbara comenzó a aplaudir emocionada y alcancé a ver a Sadashi sonriendo complacida y luego me guiñó un ojo. De Dasher mejor ni hablo, pues lucía más extasiado que un niño yendo al dentista. Mi hermano no tardó en comunicarle a todos la buena nueva y comprobé que tenía razón, mis padres fueron los más felices con la noticia, ya que con eso les confirmé que al menos en un tiempo, no volvería a Londres.

Abigail (Orgullo Blanco 5) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora