Libro 5 de la saga Orgullo Blanco.
Este libro se estrenará el 8 de febrero de 2021.
No es necesario leer los libros anteriores, pero si quieres entender ciertas situaciones, recomiendo que lo hagas.
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[Capítulo 54]
MICHAEL
Iba de camino a Washington DC para la reunión que tendría con Ace. La semana transcurrió rápido y me la pasé haciendo todo lo que se suponía que un tipo con tiempo libre debía hacer; aunque en lugar de relajarme me sentía más estresado. Pues adaptarme a mi nuevo estilo de vida resultaba extraño y a veces hasta incómodo.
«Es cuestión de tiempo para que te acostumbres». Me había dicho Andrea la noche anterior, me invitó a tomar unas copas en Elite en cuanto se enteró de que mis jefes me dieron vacaciones y nos pasamos el rato conversando, bebiendo y hasta riéndonos de ciertas anécdotas de nuestro pasado.
—La amiga de Barbie ha estado preguntando por ti —me dijo en su momento y alcé una ceja.
—¿Antonella? —inquirí y él asintió.
—Comentó que dejaron algo pendiente y está interesada en que vuelvan a verse —Sonreí cuando dijo eso y él me miró alzando una ceja— ¿Pensaste en algún momento que lo de ustedes fuera serio? —quiso saber y le di un sorbo a mi cerveza.
—Para ser sincero contigo, ella me usó para poner celoso a su chico y bueno, vi mi oportunidad para probar qué pensaría Abby al verme con ella —admití y él rio divertido.
—La próxima vez que intentes poner celosa a una chica, asegúrate de que al menos la persona que usarás sepa defenderse —recomendó y lo entendí perfectamente—. Aunque sabes, ahora entiendo por qué Abigail nunca actuó como una loca posesiva al verte con ella —comentó y lo miré sin comprender.
Mi idea de pasar el rato con él no incluía hablar de Abigail, pero tampoco era como si la chica fuera un tema que se pudiese obviar tan fácil.
—Porque estaba contigo y no conmigo —deduje.
—Y porque ya estaba atravesando por su proceso de admitir que nos quería a ambos —añadió y miré a nuestro alrededor.
Le di otro sorbo a mi cerveza y Andrea me imitó con la suya; lo miré mientras se concentraba con algo que recibió en su móvil y me pareció increíble la naturalidad con la que habló de la chica que amaba, enredada con alguien más que no era él.
—¿No te dan celos? —quise saber de pronto, al principio no comprendió mi pregunta, pero luego sus gestos me demostraron que lo captó.
—Para ser sincero, al principio sí. Aunque solo cuando yo sospechaba que ella estaba sintiendo más que atracción por ti. Incluso llegué a creer que me dejaría, para vivir contigo todo lo que le despiertas, pero pasó lo del secuestro y fui yo quien la alejó de mí —explicó y me alegró ver que ya no hablaba de esa etapa de su vida con tanto dolor—. Luego, en mi proceso descubrí que el amor que Abigail me profesó aumentaba sin importar que ustedes estuviesen juntos, entonces lo entendí y acepté. Además, a pesar de la mierda en la que me hundí, la quería a mi lado y por eso me prometí que saldría de todo, para recuperarla.
