Abigail (Orgullo Blanco 5) +21

Torre Eiffel

[Capítulo 14]

{Dasher}

¿Estaba idealizando mi relación con Bárbara? ¿Amaba su manera de amarme y no a ella en realidad? Meses atrás no me habría cuestionado nada de eso ni habría dejado que nadie me hiciera cuestionarlo.

¡Mierda! Meses atrás me creía el hombre más feliz del puto mundo, completo en todos los sentidos y seguro de cada paso que daba en mi vida, incluso dejé de culparme por algo que no pude (o no quise) evitar y no fue fácil, pero continué con mi rumbo sin distraerme por cosas del pasado que ya no podía cambiar.

—Solo entenderás el dolor que causaste cuando ese dolor te atrape a ti, rubio tonto.

Las palabras que una vez me dijo mi hermana se repetían en mi cabeza con más frecuencia desde unos días atrás y no entendía la razón.

Solo podía pensar en que era porque quería volver a escucharla regañándome por todo lo que hacía y que para ella estaba mal. Pero no podía seguirme haciendo el imbécil y menos cuando llegaba el momento de enfrentarme a la realidad, puesto que desde que Abigail volvió de Londres para quedarse, estaba pasando por días difíciles que me costaba sobrellevar y lo sucedido con Sasha me volvió todo peor. A eso le añadía la actitud de Bárbara que no sabía cómo tomar y todo en conjunto me estaba volviendo loco.

Y estaba entendiendo las palabras de Essie.

Mi dulce prometida se molestaba por todo en los últimos días y lo peor es que no podíamos ni hablarlo, ya que lo tomaba como ataque y corría a encerrarse para pasársela llorando. Intenté hablar con ella y lo único que repetía es «no me entiendes» o «no estás satisfecho conmigo», palabras que no comprendía porque nunca le exigí nada que no quisiera darme. Y sí, en algún momento le propuse hacer cosas diferentes en nuestra relación, pero fue solo retomando lo que ella alguna vez me dijo que quería hacer y jamás por imponer situaciones con las que no podía o no deseaba más.

El punto era que, si decía algo me reclamaba porque no estaba satisfecho con ello y si la ignoraba me salía con que no la entendía y al final no sabía qué hacer. En teoría, Bárbara con sus confusiones y Abigail con su regreso me estaban volviendo loco y añadirle lo de Sasha fue como provocar un caos en mi interior que no supe cómo enfrentar solo.

Hasta que estuve en el apartamento de Abigail y me obligó a explotar, pero fuimos interrumpidos por Bárbara.

¡Mierda!

Me costó al principio creer lo que vi, pero luego recordé los enojos sin sentido de Bárbara y cómo su apetito sexual se apaciguó. Y vamos, no me creía el mejor, aunque sí estaba seguro de que nada fue fingido entre nosotros cuando follábamos; sin embargo, Bárbara cambió semanas después de que Abigail entró a trabajar a nuestra compañía y al verla esa noche comiéndole la boca entendí que mi dulce novia también cayó en el embrujo de la niña que atormentó mis noches por mucho tiempo.