Luxure

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[Capítulo 18]

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[Capítulo 18]


{Abby}

Me fui a mi habitación cuando terminé aquella conversación con mis padres (o mejor dicho cuando papá la terminó y corrió a quien sabía dónde). Él accedió a que Andrea nos acompañara a la fiesta y sabía muy bien que no se debía solo a que le quería dar la bienvenida a la familia, sino más bien para dejarle claro un par de cosas.

«No le menciones nada a tu novio de lo que tu padre hará».

Esas palabras de mamá resonaron en mi cabeza cuando le llamé a Andrea para decirle que ya había hablado con mis padres y me vi tentada a ignorarlas, ya que confiaba en mi chico, pero no me criaron para cegarme por amor, así que callé y dejé que papá hiciera lo que quisiera. Incluso si eso significaba que también descubriría los gustos a los cuales éramos afines con ese francés de ojos color cielo.

—Fuimos de compras con Laurel y encontré este vestido que me encantó para ti —dijo mamá irrumpiendo en mi habitación.

Me encontraba en la cama, acostada, escuchando música, con los ojos cerrados para tratar de concentrarme en las canciones y no en mis pensamientos. Me senté al verla con una funda negra en la mano y me emocioné como cuando era chiquilla y ella me dejaba usar sus vestidos y tacos para jugar al modelaje.

—Amo que me regales vestidos —le dije como siempre, sabiendo que me daría uno sensual como los que ella y tía Laurel usaban.

—Me alegra, cariño, porque tu padre lo odia —me recordó y reí por eso.

Era verdad, papá odiaba todos los vestidos que mamá me regalaba y los que yo compraba, solo le gustaban los que la abuela Eleanor me daba y, aunque eran elegantes y los usaba cuando la situación lo ameritaba, preferiría los míos y los de mamá siempre.

Abrí la cremallera de la funda y encontré un hermoso vestido hecho con seda negra, era strapless y con forma de corazón en el pecho. La talla era perfecta para mí y sabía que se amoldaría a mis curvas como si fuese parte de mi cuerpo. El largo era sutil y al probármelo lo comprobé, ya que llegaba justo arriba de mis rodillas.

—Sé que tienes unos tacos perfectos para él —aseguró mamá y asentí, viéndome en el espejo de cuerpo completo.

—Siempre sabes dar con lo que me encanta —dije con una sonrisa de oreja a oreja.

—Siempre, pequeña mía. No lo dudes —dijo llegando detrás de mí y alcé la mirada para verla a través del espejo.

Me tensé cuando dijo eso, ya que sentí que no fue solo por mi vestido y tragué con dificultad.

—Mamá, yo...

—No me di cuenta de cuándo te creciste de esta manera —me interrumpió y mi respiración se aceleró en el momento que apartó mi cabello para dejarlo en un solo lado.

Abigail (Orgullo Blanco 5) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora