Abigail (Orgullo Blanco 5) +21

Bestia

[Capítulo 39]

Abby

Le di el beso de mi vida a Michael. Uno de esos que te dejaba sin aire, con el corazón desbocado, la respiración hecha un fiasco y la entrepierna mojada. Un beso que duraría hasta que el destino quisiera volver a unirnos porque sí, cumpliría mi palabra de alejarme y él lo entendió, ya que era algo que necesitaba y no me retractaría por nada en el mundo.

Así sus manos y boca me incitaran a tirarlo sobre la cama hasta quedarnos sin ropa y sin respiración, no daría marcha atrás.

Tres semanas después seguía con el mismo pensamiento. Y no estaba siendo fácil, al contrario, cada día que me despertaba quería salir corriendo hacia los brazos de Andrea para fundirme en él, para celebrar sus avances (que eran muchos), para demostrarle cuánto lo extrañaba.

Pero también, cada uno de esos días deseé ceder con Michael, quien no me la ponía fácil con sus insinuaciones siempre que estábamos juntos, ya sea en los entrenamientos, cuando me llevaba a reunirme con Jacob o a resolver algunos asuntos que aún debía solucionar para la clínica de rehabilitación.

No pasaba desapercibidos esos roces de mano cada vez que sin querer se topaba mucho a mí, tampoco los abrazos tan prolongados o la forma en la que acariciaba mi cuello con su nariz cuando luchábamos en los entrenamientos. Y menos su mirada intensa cuando me ayudaba a bajar del coche y la forma en la que se mordía el labio al ver los míos. Sin duda alguna los papeles se habían invertido entre nosotros.

La mayor parte del tiempo en el que estábamos juntos me la vivía con los pezones erectos y la mitad de mis noches me aliviaba a mí misma pensando en él. Pero tampoco sería hipócrita, ya que la otra mitad me tocaba pensando en Andrea, recordando las formas en las que me llevaba al clímax cuando estuvimos juntos y su manera de hacerme arder con una sola caricia.

Así de jodida seguía.

Mamá por supuesto notó que algo raro pasaba conmigo, y cuando no soporté guardarlo solo para mí, terminé por contarle lo que sucedía. Lo lamentó, aunque también me felicitó por haber hecho algo que como ella dijo, no cualquiera podía ni tenía el valor de hacer, también me apoyó con mi decisión de alejarme de Michael mientras pensaba en lo que quería o cómo continuaría.

Jacob por su lado, me había recomendado que volviera a mis noches de fiesta y consiguiera a alguien más para sacarme a esos dos de la cabeza. Algo que por supuesto me tomó por sorpresa, ya que mi amigo no era de aconsejarme de esa manera, pero supongo que ya lo tenía cansado con mis dramas y por eso decidió irse por ese camino. Él y Larissa estaban superando su crisis inicial en el noviazgo, algo que me puso muy feliz, puesto que ambos eran mis mejores amigos y amaba verlos bien, incluso tenía esperanzas de que consiguieran tener algo duradero a pesar de lo distintos que eran.

A parte de mamá, ellos eran los únicos que sabían con exactitud lo que me pasaba con Andrea y Michael y no me juzgaron, porque aun así no estuvieran en el mundo swinger, lo conocían a través de mí y eso les ayudaba a ser un poco más comprensivos.