Úsame a tu antojo

23K 2.3K 1.2K
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


[Capítulo 55]

ABBY

No sé qué habría hecho si Daemon y Rahsia no hubieran llegado a casa de mis padres junto a Lucas, uno de los mejores amigos de mi hermano. Las intenciones de D con Rahsia, aparte de celebrar el cumpleaños de ella, fueron lo que me distrajo de mi miseria y por ellos pude concentrarme en algo que no fuera mi vida; a pesar de que sabía que tarde o temprano me tendría que enfrentar al dolor de mi pérdida.

Esta era la tercera vez que sufría por un chico y lo hacía con la misma intensidad que las dos veces anteriores, pues no importaba el tiempo o el tipo de amor que había experimentado. Todos dolían por igual y cada uno me dio una lección. Sin embargo, en ese momento sabía que estaba atravesando por la última enseñanza que recibiría por parte del amor, pues a diferencia de meses atrás, nunca estuve más segura de lo que quería como en ese instante.

Sabía lo que me hacía feliz y cómo me sentiría totalmente plena, por lo mismo, tuve la valentía de confesar mis verdaderos sentimientos arriesgándome a perder parte de mi todo, siendo consciente de que después de mi momento de miseria, no volvería a travesar por lo mismo, porque si de algo estaba totalmente segura, es de que solo entregaría mi corazón y alma una vez, y doble según lo quiso mi destino.

Ya había sido suficiente de querer que otros fueran felices y dejara mi propia felicidad para luego.

Sobre todo con esta última vez, pues al igual que la primera, me tocó vivir el doloroso proceso sola, ya que cuando Andrea me alejó, Michael estaba conmigo, en cambio ahora que Michael le había puesto fin a nuestra relación, el francés no estaba a mi lado. Se concentró en su misión y, aunque me alegraba que siguiera adelante, también me dolió no tener noticias de su parte.

No para terminar follando sino más bien para que habláramos y aclaráramos tantas cosas que todavía habían quedado inconclusas entre nosotros.

—Arruinas la diversión de los demás —escuché decir a Lucas en cuanto me quité los audífonos de los oídos.

Él me había quitado las gafas del rostro, sacándome de mi mundo mientras escuchaba «Ex» de Kiana Ledé y lo miré con cara de pocos amigos.

—Y te arruinaré el rostro de un puñetazo si vuelves a hacer eso —le advertí y comenzó a reírse.

Estaba sentada en una tumbona frente a la piscina de la casa de mis padres donde los demás se encontraban metidos. Lucas se acomodó a mis pies cuando me recompuse en mi lugar y entrecerré los ojos.

—Creí que solo Daemon era el gruñón de la familia —señaló y bufé.

—Cuando te joden un momento de paz, cualquiera se convierte en alguien más gruñón que mi hermano —aseguré.

—No te he jodido ningún momento de paz, Abigail. Y según los gestos que hacías, parecía que estabas a punto de llorar —aseguró y negué con la cabeza—. Y uno diría que las chicas lindas se ven igual de hermosas al llorar, pero no. En ese momento se les acabó el encanto, así que solo te salvé de pasar una vergüenza.

Abigail (Orgullo Blanco 5) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora