Años veinte

41.7K 4.9K 7.2K
                                    


[Capítulo 23]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[Capítulo 23]


{Abby}

Andrea me llevó a un restaurante frente a la playa y, ya que Michael tenía prohibido alejarse de mí, nos acompañó, aunque se sentó en otra mesa para darnos privacidad. Con el francés no tocamos el tema de lo que sucedió en mi oficina, sin embargo, noté de soslayo que me observaba y sonreía con picardía.

—Estás emocionada —se animó a decir luego de que hiciéramos nuestra orden de comida y nos llevaran las bebidas.

El clima esa tarde era bastante cálido, el verano había entrado y pronto estaríamos en esos días donde el calor amenazaría con ahogarnos. Le di un trago a mi bebida y por inercia busqué la mirada de Michael, estaba a dos mesas frente a mí, con el menú en la mano. Sintió mis ojos puestos en él y levantó la vista encontrándose conmigo viéndolo, me alzó una ceja y ladeó un poco una comisura de sus labios como respuesta.

—Más que emocionada, estoy complacida de que Dasher deje de verte como un enemigo —respondí, dándole toda mi atención al rubio a mi lado—. Sería complicado tenerlos a los dos muy cerca de mí y que en lugar de darnos placer, terminen tratando de matarse —señalé y Andrea sonrió con diversión.

—Muy cerca de ti, no, ma chérie. Dentro de ti —recordó con picardía y le regalé una sonrisa sensual.

—¿Ya has estado con algún chico? —pregunté de pronto.

Andrea no reaccionó con sorpresa, lo tomó como una pregunta normal.

En el tiempo que teníamos juntos nunca lo vi con un chico y menos noté o pensé que quisiera estar con uno, pero lo que hizo antes de mí lo ignoraba y no me interesó hasta en ese momento. Mi curiosidad luego de preguntarle algo similar a Dasher había incrementado.

—Una sola vez —admitió y con una sonrisa curiosa y ceja alzada, le pedí que continuara con esa historia—. No volví a hacerlo porque descubrí que con ello solo obtenía placer para mí mismo, puesto que no fui capaz de complacer a mi acompañante como era debido.

—Me es difícil creerlo —dije ante lo último. Mi tiempo con él me había enseñado lo excelente que era dando, más que recibiendo.

—Fue de todo por parte de él, pero hubo cosas con las que yo me limité —explicó.

—¿Cómo por ejemplo?

—No permití que me penetrara y tampoco le chupé la polla. La experiencia que me dio fue única, no te lo negaré, pero esa noche descubrí que no todo en el sexo me da placer y, que me gusta más chupar un coño que una polla. También prefiero penetrar y no que me penetren.

—¿Y dejarías que un chico te volviese a dar una mamada? —inquirí con inocencia y me observó entrecerrando los ojos.

—¿Qué estás planeando, ma beau cygne espiègle? —Sonreí como respuesta y él negó divertido.

Abigail (Orgullo Blanco 5) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora