Abigail (Orgullo Blanco 5) +21

Antídoto y veneno

[Capítulo 6]

{Abby}

Inspiré y exhalé cuando llegué a la oficina, el comportamiento que acababa de tener me metía en muchos problemas siempre y estaba aprendiendo a controlarme todavía, pero estar cerca de Dasher no me ayudaba, el tipo me provoca sentimientos contradictorios que odié toda la vida y que seguía odiando.

—¡Abby! Creí que no habías llegado aún —exclamó Bárbara al verme— ¿Estás bien? Porque te veo pálida, tus labios están morados —dijo preocupada y negué.

—No te preocupes por mí —pedí y cogí agua de la fuente que teníamos en la oficina—. Solo...estoy así por cosas que dije hace un momento, cosas de las que debo arrepentirme, pero no puedo —Puso las cosas que llevaba en las manos sobre el escritorio y me miró extrañada y sin entender lo que decía.

—¿Estás asustada porque no te arrepientes de lo que dijiste? —cuestionó y asentí.

—Ni de lo que dije ni de lo que sentí —confirmé y sonrió—. Me siento mala persona, Barbie.

—Bueno, no creo que seas mala persona. Simplemente eres una chica de armas tomar que sabe que si quiere la luna y las estrellas, sale y apunta al cielo para obtenerlas por sí misma y eso para mí es admirable —confesó y la miré anonadada mientras me sentaba en la silla de mi escritorio.

—No sabes lo que dices —refuté.

—Te equivocas, sí lo sé y, aunque te conozco poco, lo que he visto en el tiempo que hemos pasado juntas me demuestra que eres todo lo que muchas quisiéramos ser y no podemos por miedo al qué dirán —contradijo y su voz tuvo un atisbo de tristeza.

—¿Tienes miedo, Barbie? —inquirí y tomó su asiento viendo hacia un punto en específico, luego suspiró tan fuerte que sentí un tanto de la agonía que me demostró.

—Todo el tiempo —confesó y sonrió triste—. Temo no ser la hija a la que mis padres amen y respeten como se debe, o la novia perfecta para un chico como Dasher.

Por increíble que fuera para mí, me sentí mal al escucharla y en ese momento experimenté lo que antes no: me arrepentí de haber tentado a Dasher y no por él, sino por Bárbara.

—No deberías temer, Barbie. Estás haciendo las cosas más que bien y para mí eres perfecta como hija y novia —aseguré—. Solo mírate, mujer, eres una socialité mimada capaz de ser amable y empática con las personas y eso no todas lo logramos —Rio por mi manera de subirle el ánimo y eso logró contagiarme.

—Y para mí tú eres buena, valiente y real. No importa si no te arrepientes de lo que haces, eso te hace ser única —aseguró siendo tan sincera, que lo sentí como un golpe crudo de realidad que hasta dolió.