Casa de campo

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Hoy si me levanté apenas escuché el primer sonido de la alarma, no quería salir sin desayunar teniendo en cuenta que son cuatro horas en auto para llegar a la casa de campo.

Esta vez me vestí con unos jeans negros rotos en las rodillas, camisa roja y blanca a cuadros y botines blancos. Recogí mi cabello en un moño y solo me puse algo de brillo en los labios. Salí de la habitación con los mismos instrumentos en mi cartera roja.
Esta vez mis acompañantes fueron Gisell, Alexis y Adam.
Los de papá y Ericka fueron Sergio y Emma y los de mamá y Erick claramente Zoé y Matt.

Eran las 5:30 de la mañana y ya llevábamos quizás unos 45 minutos de camino. Gracias al cielo anoche llegamos a las nueve de la noche, no tan tarde para poder conducir a esta hora.

En el asiento trasero Adam y Gisell iban totalmente dormidos con una sabana encima.
Alexis en el asiento del copiloto se dispuso a ver por la ventanilla quedando igual de dormido que los otros dos.

El auto dónde iba mamá me pasó y en modo de saludo hicieron sonar la bocina al igual que papá dejandome de última.

Conducimos un para de horas mas y llegamos a un pequeño pueblo a comprar algunas cosas como agua, gaseosas y otras chucherías.
Mamá me dijo que los niños iban dormidos al igual que Sergio y Emma.
Tambien me dijo que papá iba conduciendo porqué a Erika le dieron náuseas y el tomó el volante.

Seguimos el camino y los dormilones jamás se dieron cuenta que habíamos parado unos mimitos em aquel pueblillo.

Llegamos a la casa de campo una hora después cuando el reloj marcaba las 9:15 minutos.
Despertamos a los chicos y al entrar saludamos a los señores Deiler y Germán, quiénes mostraron una gigante alegría al volver a vernos después de tanto tiempo. Ellos son los encargados del lugar quiénes en compañía de Kendy y Lorena, dos jóvenes sobrinas de Germán se encargan de mantener el lugar organizado.
Ellas viven en el pequeño pueblo que está aquí cerca y son apenas estudiantes de la escuela secundaria que se encuentra allí y de vez en cuando en sus tiempos libres vienen a echarles una mano a su tío y al señor Deiler.

-¿Quién quiere ir al río?- Preguntó Erick.

-¡YO!- Gritamos todos al unismo.

Dejamos las maletas en las habitaciones que cada quién escogió y salimos rumbo al río con muchas cosas para comer.
Caminamos al rededor de 15 minutos y al llegar al río de aguas totalmente cristalinas nos sentamos en un enorme tronco.
Mamá y Erika tendieron una manta en la corta hierba para colocar las gaseosas, agua, galletas y de mas cosas que compramos.

Emma sacó su cámara de fotos profesional y sacaba excelentes fotografías desde diferentes ángulos.
Tomó fotos a las perosnas dentro del agua.
A Matt y Zoé sentados sobre el tronco tontamente abrazados y riendo.
Sacó fotos famliar, en parejas, distraídos y también a Gisell y a mi posando para la cámara, claro que con instrucciones de pose de la modelo Gisell Becker.

cuándo el reloj marco las 2:40 P.m recogimos todo y volvimos a la casa.
Nos cambiamos la ropa mojada por otra limpia, cenamos y luego buscamos palillos para hacer una fogata.
Mañana regresariamos temprano a la ciudad para que a todos les diera tiempo de organizar sus cosas y partir a sus destinos en horas de la tarde.

Matt y Zoé propusieron volver pronto para construir una casa del árbol.

Pasamos la noche hablando, riendo y recordando viejos tiempos, cuando la oscuridad de la noche se hizo presente todos entramos a la casa incluido los encargados. Eran las 10:23 P.m y debíamos dormir para partir mañana muy temprano a la ciudad.

Gisell pidió dormir conmigo y a Alexis no le quedó de otra que dormir con matt y Zoé en la gigantesca cama donde podían dormir como cuatro personas.

-Hasta mañana princesa.- Me dijo Gisell dejando un sonoro beso en mi mejilla.

-Hasta mañana, reina.- Sonreimos y nos abrazamos.

La iba a extrañar con locura.
Siempre supe qué en algún momento debíamos tomar nuestro rumbo pero no pensé que fuese tan rápido.
Sé que debo dejarla volar, dejarla abrir sus alas. Ya no tiene 16 años, ya no es una niña con hormonas locas.
Mi pequeña hermana se me creció demasiado rápido, tanto que en menos de un mes cumplirá sus 21 años.

En menos de un mes nos veremos nuevamente, en menos de un mes la tendré de regreso a mi lado.

Lo siento esta noche por Adam pero ella hoy es mía y dormirá bajo mis alas.

La amo con mi vida y la extrañaré con mi alma.

Melissa Duque en multimedia.

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