22. Solo un alma pura podrá entender.

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If I could be with you tonight
I would sing you to sleep
Never let them take the light behind your eyes
One day I'll lose these fight
As we fade un the dark
Just remember you will always burn as bright.

The light behind your eyes,
My Chemical Romance.

CALYPSO

—¡Ayuda, alguien!

Calypso, que se encontraba recogiendo flores y frutos en una cesta, se irguió ante el llamado lejano. La cesta cayó de sus manos y rodó por el suelo junto con todo su contenido.

—¡Por favor!

Esta vez, Calypso pudo identificar quién era. Hazel Levesque.

—¿Hazel? —llamó preocupada, mirando a todas partes. Intentó correr hacia el sonido de su voz— ¿Dónde estás?

Por un aterrador minuto hubo silencio. Calypso se detuvo, desorientada; únicamente acompañada por sus jadeos por falta de aliento y el palpitar acelerado de su corazón.

—¿Calypso?

Por fin, Hazel respondió con voz ronca y un toque de incredulidad.

Las susodicha encendió sus sentidos auditivos al máximo y los usó para correr de nuevo hacia su objetivo.

—¿Qué ocurrió? —preguntó, tratando de mantener el hilo de una conversación o algo parecido.

—Es... mi hermano.

¿Nico di Angelo estaba en problemas? La situación debía ser grave.

Llegó a un claro donde encontró a Hazel intentando cargar de alguna manera con un chico inconsciente que sin dudas era Nico.

—Qué bueno que hayas venido. —Hazel la observó con alivio—. Ayúdame a llevarlo a la enfermería.

—Espera. Acomodémoslo en el suelo un momento, tal vez pueda ayudar —propuso Calypso.

Entre ambas lo acostaron boca arriba en el pasto, con la mayor delicadeza posible.

Calypso se arrodilló a su lado, sacó un pañuelo de su bolsillo y lo apretujó cerca de su nariz para detener la hemorragia.

Hazel se limitó a observar. Poco después, Calypso llevó dos dedos al cuello de Nico y luego observó fijamente el movimiento de su pecho. Por último, abrió uno de sus párpados, tocó su frente y frunció el ceño.

—¿Qué le ha pasado? —preguntó la hija de Atlas.

—¿Algo anda mal?

—Más o menos —respondió Calypso—. Casi no tiene reacción a los estímulos, su pulso es débil y su respiración superficial. Clínicamente esto es un coma.

—¿Qué? —Hazel se dejó caer de rodillas—. Pero...

—Dime qué ocurrió —insistió Calypso mientras volvía a tocar su frente y fruncía más el ceño. Hazel jamás terminó de entender de dónde había sacado sus poderes medicinales—. Mejor llevémoslo al Búnker 9, se encuentra más cerca que la enfermería y tengo los implementos necesarios.

—Está bien. —Hazel parpadeó un par de veces, se acercó y sujetó un brazo de Nico mientras Calypso sujetaba el otro. Entre ambas lograron levantarlo con cuidado y llevarlo hasta su destino.

En el camino Calypso trató de meditar un poco. Le preocupaba que su amigo luciera como un muñeco de trapo tamaño real. Inerte, pálido, con el tacto anormalmente frío y una respiración tan leve que pudo haber pasado por nula.

La venganza del abismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora