La venganza del abismo

16. Luz contra oscuridad.

I remember tears streaming down your face
When I said I'll never let you go
When all those shadows
almost killed your light

Just close your eyes,
the sun is going down
You'll be al right,
no one can hurt you now
Come morning light,
you and I'll be safe and sound.

BIANCA

Despertar en el Olimpo ya era preocupante. Hacerlo con un montón de dioses mirándote de manera extraña y sin recordar lo ocurrido últimamente, pasaba a ser alarmante.

—¿Qué hacemos aquí? —Will le quitó las palabras de la boca—. Lo último que recuerdo es haber estado planeando una misión de rescate.

Bianca abrió mucho los ojos.
Dioses, la misión de rescate.
¡Maldición, Nico!

Trató de levantarse con prisa, pero un mareo la detuvo. Apolo la ayudó a sentarse de nuevo en la camilla.

—Aún no puedes levantarte —recomendó—. Acabas de salir de un estado muy delicado. Debes reponer fuerzas antes de intentar cualquier cosa.

Bianca asintió, confundida y muerta de angustia por dentro. ¿Qué había ocurrido?

Entonces se percató de la presencia de sus amigos del campamento, agrupados cerca de la entrada. Ella los saludó, pero ellos tenían la mirada clavada en un punto más atrás.

Bianca giró la cabeza para encontrar a Percy, Reyna y Alabaster, tendidos en camillas similares, pálidos e inconscientes.

Su corazón se arrugó como una bola de papel y luego sus ojos, ya humedecidos, encontraron algo que era todavía peor. Era Nico sobre otra camilla, con un índice de gravedad superior al de los demás.

Un montón de pensamientos y recuerdos, acribillaron la mente de Bianca.

Los cantos medio desafinados de Nico de todas las noches. El beso en la mejilla que le brindaba cada mañana después de levantarse. La infaltable sonrisa que adornaba su rostro cuando hablaban. Los innumerables juegos y paseos con la Señorita O'Leary.

Nico, su adorado hermanito, su soldatino, yacía inmóvil como un cadáver, cubierto de heridas y sangre seca. Su mano caía inerte a un costado, y Hades lo observaba de cerca.

¿Cómo era posible que recuerdos tan bonitos resultaran tan dolorosos?

Tal vez, porque en situaciones de inestabilidad, los buenos recuerdos se transforman en justamente en eso, simples recuerdos. Recuerdos a los que uno desea aferrarse con las uñas y transformarlos de nuevo en la realidad.

Miles de palabras rondaron la cabeza de Bianca pero no pudo exteriorizarlas. Todo se quedaba atascado en su garganta, donde un intento ardor le dificultaba respirar y le empañaba los ojos con lágrimas.

Esto no era lo que quería. Ella debió salvarlo, no despertar de repente y hallarlo así.

Quiso acercarse, pero una cálidas manos la rodearon antes. Bianca limpió un poco sus ojos para poder distinguir que la persona que la abrazaba era Hazel.

Bianca cerró los ojos y dejó salir todo lo que sentía. Liberó la punzante presión. Lloró en el hombro de su hermana. Ella no podía sentir el aura de Nico. No estaba. Se había ido.

—Bianca, Hazel —dijo Hades sin regresar a verlas—. Él no está muerto.

Ambas chicas tensaron sus cuerpos, parpadearon para alejar las lágrimas y se separaron de forma temblorosa.