23. Esperanza.

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Just one more time before I go
I'll let you know
That all this time I've been afraid
Fear is ever-changing and evolving
And I have been poisoned inside
But I feel so alive

Nobody can save me now
The king is crowned,
It's do or die

Battle cry, Imagine Dragons

NICO/TÁRTARO

Nico tenía un plan, el problema era lograr que funcionara; después de todo la mayoría de los planes de los semidioses terminaban en fracaso.

Sin embargo, esta era su única oportunidad. Tendría que encontrar el momento oportuno. Esperaba hacerlo. Solo Afrodita podría ayudarlo...

Irónicamente, tan terrible era su idea, que acudía a su diosa menos favorita.

Sonaba estúpido, incluso en su mente. Tan impropio de él, que le daban ganas de reír. Probablemente riera en un futuro, cuando lo contara como una anécdota familiar, y la historia trascendiera a los largo de las generaciones.

Generaciones, familia.
Eso sonaba muy bien.

En fin, su «gran plan» consistía en conseguir un beso. Justo como en las películas románticas cliché, donde lo único que se necesita para resolver todos los problemas y «vivir felices por siempre» es un «beso de verdadero amor».

Desde su infancia, Nico odiaba esas historias. Prefería los piratas, aventuras, batallas medievales; la magia en otros sentidos y con otros propósitos. El amor le parecía lo más ridículo del mundo.

Ahora cambiaba de opinión.

El amor no es como lo pintan las películas, es mucho más crudo, conllevando en la mayoría de los casos más al sufrimiento que a la felicidad. Era una fuerza en la que casi siempre Nico di Angelo salía desfavorecido.

Casi.

Gracias a la existencia del equilibrio, no todo estaba perdido. Tenía su amor por Reyna, que cambió su vida de una manera positiva.

Si Nico pudiera conseguir un beso, de cualquier forma, duración o circunstancia, estaría seguro de contar con suficiente energía para enfrentar a Tártaro.

¿Pero cómo hacerlo? Reyna no quería verlo ni en pintura, y Tártaro se encargaba de dañar su reputación y destruir su dignidad.

Cuando Nico intentó explicárselo a Reyna por medio de sueños y ella no quiso escucharlo, se sintió dolido, pero al menos tenía el consuelo de saber que sus palabras fueron falsas, una reacción al despecho. Nico conocía lo suficiente a Reyna como para saberlo.

Otro punto a favor era la ayuda que estaba recibiendo de Hestia. Nico no sabía de qué manera, ni estaba seguro de que conociera su situación, pero la diosa estaba propagando un agradable calor en su interior, reparando sus hilos, manteniendo viva su fe, y haciendo que su esperanza se conservara en una pequeña llama que no se apagaría fácilmente. Nico estaba infinitamente agradecido.

«Eres más listo de lo que pensé, hijo de Hades» Tártaro irrumpió «Pero eso no cambia las cosas.»

Nico apretó puños, si es que se podía realizar esa acción siendo sólo un alma acorralada.

«Necesito resolver algunos asuntos fuera de este cuerpo, pero no te ilusiones.» Sonrió con maldad. «Eso no significa nada. Volveré pronto, y no podrás tomar el control por dos simples razones: primero, no tienes las fuerzas necesarias. Y segundo, aunque mi esencia salga, sigo controlando este cuerpo a distancia. Recuerda que eres mi anfitrión por iniciativa propia, completamos un proceso de posesión.»

La venganza del abismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora