Él [#1] (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)

Capítulo uno

"El término ser normal es algo muy subjetivo e inconcluyente, por eso todos nos atrevemos a poner nuestras limitaciones en su definición. Si algo no nos gusta o no se adapta a nosotros, es raro. Así de simple es la vida, somos un puñado de normales buscando destacar en algo, pero no podemos por nuestras propias limitaciones. Irónico, ¿verdad?

Bueno pues después de leer eso me estarás dando la razón, aunque no querrás cambiar tu posición y luchar por un objetivo... ¿o sí?

Querido valiente, no sé cómo has llegado hasta aquí, no obstante, quiero que sepas que esa lupa de tu querida aplicación multicolor no es más que un cliché sumiso a opiniones, y esta cuenta no iba a ser menos; solo que aquí nos cuestionamos hasta si esto es realmente está siendo escrito por mí. Aunque creo que sí, ya que me están gritando para bajar a cenar. Pero a pesar de eso, aún sigo aquí embelesada ante una tonta pantalla escribiendo "chorradas sin sentido" para los ojos de carne y hueso. Sin embargo, como me estáis leyendo desde vuestra ubicación desconocida para mí (aunque no para nuestro querido solucionador de vidas: Google), aquí voy a seguir escribiendo mis chorradas sin sentido. En fin, que me voy por las ramas, bienvenido al caos de mi mente, que lo disfrutes —así al menos alguien lo hará."

—Suelta el ordenador y ven a cenar de una vez, papá se está enfadando —viene la pequeña Ashley corriendo por las escaleras como si la vida le fuera en ello.

—Ahora bajo, Ashy.

—No me llames así, no te lo permito —me dice, amenazándome con su diminuto dedo índice mientas se da media vuelta de forma dramática.

Lleva el pelo recogido en una trenza que le golpea su cara tras ese feroz movimiento. Pero a ella no le importa; se recompone en milésimas de segundo y hace como si nada.

Ojalá volver a ser así.

Tenemos tanto que aprender de los niños que no poseemos la capacidad necesaria para hacerlo. Llenamos nuestras memorias de cosas tan absurdas que olvidamos lo importante que es la confianza. Espera voy a escribir un post antes de que se me olvide todo esto.

"Mirar a las criaturillas que parecen que no saben nada de la vida y, que de repente abran la boca y te den una lección; es algo parecido a volver a cuando esperabas al Ratoncito Pérez tras la caída de un diente. Olvidamos que una vez fuimos un bebé que no se enteraba de nada y vivía su vida sin importarle la de los demás.

Con esto no quiero decir que la empatía y el respeto no sean valores fundamentales para la educación; solo es una reflexión de como todas y cada una de las personas que vemos día a día van dejando trocitos de su personalidad en nosotros. Aceptadlo, estamos hechos de vidas de otros. No es malo si sabemos controlar la situación y simplemente nos cuestionamos día a día, nos quedamos con lo bueno y apartamos lo malo. Pero ojo, no somos perfectos y lo de diferenciar el bien del mal, por muy socialmente aceptado que esté, tampoco tiene porqué serlo.

Recuerda, no cambies por nadie. Nos hemos perdido a grandes personas por las influencias de otras con el ego más grande. Sé tú, pero sin olvidar de dónde vienes."

—E.T., ven a cenar ya.

Llega mi hermano para acabar con la poca paz mental que me genera escribir. Además, odio ese apodo con toda mi alma.

—Te odio, ¿sabes?

—Lo que tú digas. Ahora ven a cenar, que he quedado esta noche y tengo mejores planes que aguantar a nuestros padres. —Da manotazos al aire —se están quejando de los pesticidas que podría llevar el brócoli —pone los ojos en blanco—. ¡No merezco esto! —Anuncia el señor dramas, riéndose de sus propias palabras.