Aviso de contenido muy explícito sobre una violación.
Advertencia +18.
***
¿Qué hago? Lo ha notado, sabe que algo no va bien.
—Necesito cambiarme.
—Creo que ya no hace falta que las vea, ¿verdad? —se tensa y su voz suena más nervios —. Voy a matarlo —me agarra la cara por el mentón elevándola hacia él y clava sus ojos en los míos.
Intento descifrar sus pensamientos, siento su tensión e ira. Me invade la presión y acabo apartando su mano de mi cara de un manotazo. Noto como un ataque de pánico comienza a apoderarse de mí, es como si estuviera encerrada en un ascensor que está cayendo en picado y no pudiera hacer nada para frenar el golpe. El suelo metálico golpea mi pecho en innumerables ocasiones, consiguiendo que mi mente intente darse por vencida, sin embargo, algo me abraza y consigue que me quede unos instantes más. La presión ahora fluye a través de los grandes brazos que me sostienen evitando que mi corazón me golpee de nuevo. Cada vez siento más presión por parte de esos brazos que, poco a poco, consiguen que mi tensión interna se relaje y cambie de punto de vista.
No estoy sola, no esta vez.
—Estoy aquí.
Es lo mejor que nadie podría hacer por mi.
Mis pulsaciones se van ralentizando poco a poco, siento como por fin el aire puede entrar en mi caja torácica.
—Liz, creo que necesitas hablar con alguien sobre todo esto. No es justo que estés sola contra algo que es inevitable que te sobrepase, me tienes a tu completa disposición.
—No quiero ir a ver a mis abuelos así —me pasa los pulgares por las mejillas para limpiar mis lágrimas.
Aprieta los labios formando una sonrisa tenue —diremos que te encuentras mal. Tenemos toda la semana para que vayas a visitarlos —me suelta y se aproxima a la puerta—. ¿Que te apetece más? ¿Virus estomacal compartido o fiebre con el secador? —no puedo evitar reírme ante su tierna expresión.
—Creo que el virus será más creíble.
Asiente con un golpe de mandíbula marcado y se va. Me pongo de nuevo un pijama, pero esta vez corto, dejando ver todas mis inseguridades. Me meto en la cama a pesar de que aún me estremezca y agarro la manta para taparme hasta el cuello.
Minutos más tarde, aparece la madre de los Ford para ver que me ocurre. Le explico que tengo muchas ganas de vomitar y que la barriga me está matando, no pone muchas objeciones y se reúne con el resto para ir a la casa de mis abuelos. Avery no tarda mucho en entrar a la habitación de nuevo y yo me doy cuenta de que la cama ya no es mi enemiga, llevo aproximadamente media hora tumbada en ella. Acabo de recordar la sensación que me producía hacía un día y pico, un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo desde la nuca y me estremezco un poco.
Aparto la manta de mi cuerpo con un rápido movimiento de mano dejando todos y cada uno de los moratones visibles para él. Veo como pestañea incrédulo, comienza a llorar como un niño pequeño y, esta vez, soy yo la que lo envuelve con mis brazos. Salto de la cama y me abalanzo sobre él, apoya su cabeza sobre la mía y me da un beso en el pelo. Sin soltarlo, lo aparto y conecto nuestras mirada; me destroza ver sus preciosos ojos miel de esa manera. Paso mis dedos sobre sus lágrimas con suavidad mientras escucho sus sollozos ahogados. Le doy un pañuelo de la caja que está encima de la mesilla, su expresión me está matando.
Pasa su mano por las marcas de mi cuello, las mismas que antes ocultaba con el pelo —hijo de puta —su voz suena a rabia contenida, tiene las mejillas ardiendo.
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Él [#1] (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)
RomansaEvitar sentirse solo atrae problemas, y lo peor es que no los ves venir hasta que explotas. Elizabeth es una adolescente adentrándose en la vida adulta. Su último verano con mentalidad de niña viene pisando fuerte y tendrá que fortalecerse para pode...