Trato de gritar; lo intento de verdad, pero ese monstruo me persigue mientras corro por las calles vacías de Madrid. Paso por los sitios más reconocidos de la ciudad que ahora parece un poblado fantasma. Me falta el aire, tropiezo con un bordillo y caigo. Tengo su sombra sobre mi cabeza, me tapa...
Despierto exaltada, miro a mi alrededor y por lo poco que deja ver la luz de la luna me doy cuenta de que estoy en la casa de los abuelos de Avery, en Londres, lejos de Madrid. Me encuentro tumbada en la cama, no corriendo por calles desiertas.
Estoy a salvo.
La mano de mi compañero de habitación se desliza hasta el borde y cae a mi cama — shh, tranquila todo va bien —me dice con la voz rasposa y medio adormilada.
—Solo ha sido una pesadilla, no te preocupes —mi voz aún suena alteada.
—Necesitas descansar esa cabecita. Hazme hueco —se pone de pie sobre mi colchón, me hago a un lado y se tumba junto a mí.
Nos quedamos mirando al techo en la oscuridad durante unos cuantos minutos. No consigo dormirme, así que me giro hacia el lado que no está él y miro por la ventana. Siento tensión y no lo soporto más, por lo que decido romper el silencio; pero antes de que me dé tiempo a articular palabra sus brazos me rodean por la cintura. Su roce es un relajante instantáneo y hace que se me quiten las ganas de objetar al respecto de la situación.
Tiene novia, una chica que probablemente será una buena persona además de inteligente y guapa. Esa chica no merece que su novio esté en la cama conmigo por muy amigos que seamos, ambos sentimos cosas por el otro y, esto no está bien.
—Avery, no podemos hacer esto —le digo sin moverme —tienes novia.
—Tienes razón. Allí es de día, voy a llamarle ahora mismo y pienso explicarle todo. Creo que posponerlo más solo va a conseguir que pierda un verano pensando en alguien que no está enamorado de ella.
Intento hablar, pero sale de la habitación demasiado rápido y no me da tiempo a reaccionar. Corro tras él por el pasillo como si estuviera poseída. A pesar de que soy bastante rápida sus piernas son más fuertes que las mías y llega al cuarto de baño antes que yo. Cierra la puerta con pestillo y yo me deslizo sobre ella mientras le digo que no lo haga, que está precipitándose demasiado.
—Lizzie, ¿qué haces aquí tirada? —Ethan tropieza con mis piernas que están estiradas a lo ancho del pasillo.
—Tu hermano, que es imbécil. ¿A dónde ibas?
—Noah se ha llevado mi móvil en vez del suyo y me acabo de dar cuenta, iba a buscarlo—enciende la luz del pasillo. Entrecierro los ojos, ya que la luz me ciega el invadir el pasillo.
Pasados unos segundos puedo verle claramente; se ve desaliñado, los rizos rubios le caen por la cara y lleva lo pantalones del pijama a punto de caerse de su cintura.
Se sienta a mi lado, de repente parece triste. Comienza a jugar con sus manos y sé que está a punto de soltarme una bomba, lo conozco.
—Sé que piensas que Eva y yo tenemos algo... —intento abrir la boca, pero no me da tiempo —quería decirte que solo estamos tanto tiempo juntos porque me está guardando un secreto. Siento cosas por un chico de una de mis clases, jamás me había llamado la atención ningún hombre...
—Ethan, ¿qué problema hay?
—No lo sé, es como una barrera interna que me impide decirlo, tengo miedo —mira hacia el suelo.
Le abrazo muy fuerte —te queremos, no nos importa a quien beses. Nos importas tú, por lo que deseamos tu felicidad.
De repente me doy cuenta de que voy en pijama corto y todos los golpes están al descubierto. Corro hacia la luz y la apago, creo que estaba tan nervioso por soltar lo que le rondaba la cabeza que no se ha dado cuenta.
—Se van a despertar —pongo como excusa —pero Ethan, enserio, nunca, por nada del mundo sería capaz de cambiar mi pensamiento sobre ti por quién te atraiga. Y creo que hablo en nombre de todos al decir eso —me vuelvo a deslizar por la pared hacia el suelo para sentarme a su lado. — ¿Cómo lo sabía Eva antes que tu hermano?
Carraspea y a través de la poca luz que hay puedo sentir que se rasca la nuca —bueno, supongo que ya sabías que teníamos algo. Nada serio, nos acostamos unas cuantas veces el verano pasado.
¿Cómo puede haberme ocultado Eva tantas cosas? Entiendo perfectamente que tenga su propia vida y la viva como quiera, pero siento como si me estuviese dejando fuera de ella poco a poco.
Este verano se lo está pasando conociendo a gente nueva, haciendo planes divertidos con amigos que no conozco y; aparte de todo eso, me ha ocultado lo de Noah —aunque entiendo que eso deba decírmelo él— y que el año pasado tuvo algo con Ethan. Empiezo a pensar que sobro en su vida porque, de alguna manera, ya no es lo mismo. Nada lo es.
—Avery está siempre a lo suyo, tiene la cabeza en tus movidas, las de tu hermano, la uni... Nunca encuentro un momento en que pueda hablar con él y en el que sienta que me escucha.
—Ethan, tu hermano vive preocupado por todo —la noche de la fiesta en la playa me viene a la cabeza. Recuerdo cuando vino conduciendo como un loco a sacarme del lio en el que me metí y me saca una risa ahogada —si le cuentas esto, toda su atención se centrará en ti. Vamos, ¿no pensarás que le importas menos que todas esas cosas que tiene en la cabeza últimamente?
—No lo sé la verdad...
—No tienes por qué contarle nada, cuando vuelvas a la universidad preséntale a ese chico. Debería ser así.
Un resoplido sale de su boca. Se levanta y se apoya contra la pared del pasillo golpeando un cuadro con la espalda que hace que se tambalee y aporree la pared, provocando ruidos que consiguen despertar a alguien en la habitación de la pared contigua. Los dos salimos corriendo a nuestras respectivas habitaciones.
Cuando dejo de escuchar pasos vuelvo a la puerta del baño. Avery lleva como aproximadamente una hora encerrado dentro. Llamo suavemente, pero me ignora. Le escucho discutir, siento que la he liado demasiado. Quizá se ha sentido presionado por mi, acabar rompiendo con ella por teléfono de forma tan repentina no algo que esperase de él. De pronto la puerta se abre y su cuerpo atraviesa el pasillo en silencio hacia la habitación.
Intento seguir sus pasos dando zancadas. Llegamos a nuestro cuarto y veo como pasa por encima de mi cama y se tumba sobre la suya, mirando hacia la pared. Sin decirle absolutamente nada me acuesto a su lado y le rodeo con los brazos.
—Soy una mierda.
—Has sido impulsivo —se gira hacia mí y apoya la cabeza sobre su brazo. Yo me quedo mirando hacia su cara fijamente.
—Me ha dicho que se lo esperaba, dice que sabía de sobra que no iba a aguantar todo el verano con ella. Me ha gritado, pero después se ha calmado y ha acabado diciendo que no se veía conmigo en un futuro, ni siquiera cercano. Había pensado en dejarme antes de que yo lo hiciera.
—Siento haberte presionado, sé que querías hacer las cosas bien.
—Deja de culparte por todo. Tú solo eres mi motivo, yo he elegido como acabar con eso —suspira muy fuerte. Puedo sentir como su pecho se eleva para tomar aire de nuevo de forma brusca, está muy nervioso. —Siento que he hecho lo correcto, aunque a la vez pienso que quizá debería haber esperado a septiembre.
Se vuelve a acostar y yo decido bajarme a mi cama, las cosas están demasiado tensas como para quedarme a su lado toda la noche.
Pasan las horas, estoy mirando al techo en busca de mi sueño y al final acabo dando vueltas de un lado a otro hasta que amanece. Creo que Avery ha hecho lo mismo; sin embargo, al final ha caído rendido y ahora puedo escucharle respirar calmado.
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Él [#1] (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)
RomansaEvitar sentirse solo atrae problemas, y lo peor es que no los ves venir hasta que explotas. Elizabeth es una adolescente adentrándose en la vida adulta. Su último verano con mentalidad de niña viene pisando fuerte y tendrá que fortalecerse para pode...