Capítulo treinta y nueve

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Avery.

Nunca dije que fuera perfecto. La forma en la que manejé las cosas entre nosotros y cómo rompí con ella fueron un completo error; no obstante, no me arrepiento de haber seguido por una vez en la vida a mi corazón.

—Dejemos esta conversación para cuando vuelvas a Boston y tengas que verme la cara a diario. Ahí conocerás a la verdadera bad bitch que llevo dentro. Ahora quiero saber cómo estás.

—Está en coma —por primera vez mi voz no se quiebra al decirlo—. No saben si va a despertar.

Me abraza y de la nada veo unos rizos negros acercarse hacia mí. Me separo de Marie bajo la mirada aniquiladora de Eva. Creo que ha pensado en algo que para nada corresponde con la realidad, por la cara de asco que me dedica.

—No podemos entrar. Noah está despidiéndose.

—¿Cómo que despidiéndose?

—Se va a un centro de desintoxicación —le responde mi ex.

—¿Tú eres...?

—Vaya veo que me has tenido muy presente este verano, ¿verdad, Ford? —me mira de reojo.

Se acerca a Eva para saludarla —Marie, mi ex —las introduzco.

Me agarra del brazo y me lleva un par de metros hacia el lado izquierdo del pasillo. Está furiosa.

—¿Enserio? ¿Te parece normal traerla aquí? ¡Eres gilipollas, Avery! —me golpea un par de veces en el pecho.

Tomo aire para evitar seguir con esto antes de hablar.

—Ha sido Noah el que la ha llamado, ni siquiera sé cómo se conocen. Te prometo que me acabo de enterar —le contesto, ya demasiado cansado.

—¿Y qué hace aquí? No se han visto ni una sola vez y ya sabe que está en coma. Yo flipo con Noah —muevo las manos en el aire hacia abajo y le chisto para que se calle ya que está elevando demasiado la voz.

—Lo sé ¿vale? —comienza a llorar en absoluto silencio y decido darle un abrazo—. No sé si puedo sopórtalo más—confieso al fin en un suspiro.

—No entiendo cómo ha podido hacernos esto. Siento que la voy a perder.

—Creí que estaba algo mejor y de repente le provoqué un ataque de ansiedad —lanzo mi espalda contra la pared y me llevo la mano a la cabeza. Inclino la cabeza hacia atrás y los pensamientos de todo lo que he hecho mal aparecen en mi mente a la velocidad de la luz.

Marie viene corriendo hacia mí a taconazo limpio, un poco más y hace huecos en el suelo...

—Creo que no debí haber venido —dice poniéndose la chaqueta que llevaba en la mano.

—No, no tienes ningún derecho a aparecer de la nada sin conocerla y mucho menos a entrometerte en la vida de Avery sin ton ni son —le replica Eva.

—Bueno, si quieres hablar algún día tienes mi número —se dirige hacia mí para después darme la espalda y largarse sin que me dé tiempo a abrir la boca.

No es momento de decirle a Eva que lo que acaba de decir debería habérselo guardado para ella. Que sea mi ex no significa que no merezca un mínimo de respeto. Fui yo el que metió la pata con Marie y aun así se ha preocupado de venir a verme. No me importa si tenía segundas intenciones, porque sé de sobra que yo no quiero absolutamente nada con ella y menos en estar circunstancias. Por tanto, nunca habría pasado nada como para que se ponga a darle ese tipo de contestaciones.

Por fin veo salir a Noah con su madre de la habitación de Liz, me levanto a toda prisa de la silla y corro hacia la puerta para despedirme de él. Aunque acabemos de discutir y siga extremadamente enfadado con él, no voy a dejar que se vaya con un problema más.

Él [#1]  (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora