Capítulo once

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Su voz es lo único que llama mi atención a pesar de que estamos en medio de la ciudad, rodeados de tráfico y personas corriendo de un lado para otro. La música que sale por su boca captaba toda la atención de mi cerebro; todas mis neuronas transmiten un mismo mensaje que retumba por todo mi cuerpo y me hace feliz.

—Hace un par de años, cuando mis padres se divorciaron, me escapé de casa y estuve a punto de tomar un avión a España. Algo me detuvo, mi vida iba a tener un gran cambio. Creo que el giro que necesitaba llegó en el momento en el que apareciste en la playa y pegaste a tu hermano. Fue como si la vida me estuviera dando un golpe a mí, un golpe de suerte.

Hunter está sentado en la silla de enfrente, sus ojos están abiertos como platos. Está observando mi reacción mientras abre su corazón hacia mí, dejándome entrar de alguna extraña manera.

Llevamos un par de semanas hablando y creo que le gusto, le gusto de verdad. Ha estado muy atento a todo lo que le decía, hemos hablado todos los días desde la primera vez que quedamos. Estamos forjando una relación que creo que ninguno de los dos esperaba. Con él no siento mariposas, es algo más profundo que estoy tratando de descubrir.

—Lizzie, ¿quieres salir conmigo? –agarra mi mano a través de la mesa con una gran sonrisa en la cara.

Mi boca se abrió perpleja, no esperaba que esto fuera tan rápido. Todos los músculos de mi cara se tensaron hasta que me abalancé sobre sus carnosos labios.

—Por supuesto.

Creí que nunca iba a volver a sentir algo parecido al amor sin que Avery fuera quien ocupaba mi mente, pero acabo de averiguar que sí soy capaz de saborear algo parecido y me encanta.

Todo es más sencillo a pesar de la mala fama que tiene Hunter, nos compenetramos y entendemos de una forma inexplicable. Se abrió hacia mí hace unos días, me habló de su pasado y de sus metas, sus sueños y sus miedos. Todo estaba siendo demasiado perfecto, no podía rechazarlo. A veces soltar a quienes amamos puede ser gratificante, y ahí es cuando te das cuenta de la diferencia entre amor y dependencia.

Mi teléfono comienza a sonar, lo saco del bolso y miro la pantalla: Es Eva. Hunter odia que hable con otras personas mientras estoy con él, lo silencio y dejo que se cuelgue solo. Este momento es demasiado feliz como para estropearlo por un móvil.

—¿Quieres venir a mi casa? —le ofrezco —. Mis padres están en la agencia preparando las vacaciones de la semana que viene —suspiro con desgana.

Traga saliva, puedo ver como su nuez desciende de forma brusca.

—Me apetece estar contigo a solas, a solas de verdad.

Su mandíbula se tensa y puedo observar la duda en su cara—¿haces esto con todos los que sales?

—¿A qué te refieres? —me molesta su acusación, me está llamando fácil delante de mis narices.

—Da igual, vamos a tu casa. Pero conduzco yo, me gusta llevar el control de las cosas.

—Ya somos dos.

Llegamos a mi casa, veo como tiene una actitud diferente a la de la calle —está alerta. Mira las estancias de arriba abajo mientras lo conduzco hasta mi habitación. Comienza a besarme de forma apasionada, presiona sus labios contra los míos con tanta fuerza que nada podría separarlos. Me agarra por la cintura consiguiendo que el calor invada todo mi cuerpo, lo necesito. Baja sus manos hasta mis glúteos y me eleva hacia su cintura. Yo me agarro con mis piernas lo máximo que puedo y me dejo llevar por la situación.

Le doy indicaciones de donde está mi cuarto. Mi voz muestra mi estado, está entrecortada y un poco más áspera de lo normal. La suya está un tanto ronca y consigue que todo mi cuerpo comience a temblar de formar incontrolada. Me deja cuidadosamente sobre la cama.

Él [#1]  (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora