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"Nos encontrábamos en la clase de psicología, era la última clase para salir al recreo, no le encuentro sentido a lo que decía, era de esas palabras que al principio las entiendes y luego poco a poco te enredan.

Bankotsu era el que estaba más atento a la clase, como somos adolescentes creí que nos hablarían sobre sexualidad, a esta edad algunos ya son más despiertos que otros.

Pero la clase se trataba sobre los gustos, dijo que entre esta edad empezaremos a sentir atracción hacia una persona opuesta a nuestro género.

-Entonces si esa persona me gusta ¿significa que estoy enamorada? - esa palabra nunca logré entenderla, muchos la decían pero no sabía lo que era realmente, enamorado, es una palabra demasiado extraña.

-Gustar de alguien es muy diferente de estar enamorado, puede que te hayas fijado a esa persona por su físico o por su carácter, y que solo te puede gustar por un tiempo, cuando gustas de alguien es porque esa persona despertó un sentimiento en ti, obviamente el "Gustar" puede llegar a un "Enamoramiento" pero en muchos casos solo llega a una amistad o hasta a nada. Claro, si gustas de alguien tienes que conocer a esa persona, si es por su físico lo mejor es que lo conozcas primero, ya que, al final no puede ser la chica o chico indicado y tus ilusiones se habrán acabado.

Eso me enredó mas de lo que ya estaba, claro que aún no tenía intereses en las chicas de mi curso, pero otra chica llamaba mi atención. El timbre sonó y todos alistaron sus cosas, me acerqué a Bankotsu para irme junto a él.

-Esto del amor me tiene un poco intrigado.

-¿Porqué?

-¿Será que existe el amor? - yo creía que ese sentimiento existía cada vez que veía a mis padres, luego de tantas dificultades ellos lograron estar juntos.

-Supongo.

-Ay vamos Sesshomaru - me dio un golpe en la espalda, aunque lo hacía a menudo no podía acostumbrarme con la fuerza que lo hacía - sé como miras a mi prima, ¿crees que no lo he notado?

Me detuve de golpe, exactamente no sabía que sentía por ella, pero cada vez que ella decía o hacía algo mis mejillas llegaban a calentarse tan rápido que hasta a mí me sorprendía, mi corazón sabía latir velozmente que unas veces en verdad llegué a creer que tenía taquicardia.

-No sé de lo que estás hablando.

-No te hagas.

-No lo estoy haciendo.

-Yo digo que .

-Que no.

-Que sí.

-Que no.

-Bueno ya basta - tener este tipo de conversaciones con él, eran de lo más divertido, aunque todos me conocían como una persona seria y muy fría, no lo era, no me gustaba demostrar como era realmente.

-Tienes razón.

Estuvimos caminando por los pasillos hasta encontrarnos con mi hermano que estaba con Kagome, ambos estaban riendo, lo que ya no me parecía raro porque mi hermano no era una persona al igual que yo, seria y fría pero a diferencia de mi, él era gruñón, también divertido con sus amigos.

Diario de un adolescente enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora