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"Inuyasha estaba nervioso y molesto. Yo estaba pensando que siempre tendrá una cara que daría miedo a los niños pequeños, mi madre me dijo que él estaba así porque entró en la adolescencia.

Esta mañana estaba saliendo de mi habitación y me encontré a mi hermano con su pijama, noté una mancha roja en su nariz, se lo dije pero al principio no me hizo caso.

Cuando él se fue al baño notó que no era la única mancha, tenía otra en su frente, aunque ese no se notaba porque su cabello lo cubría.

Fue corriendo en busca de mi madre, ella solo dijo que no lo toque o lo pellizque. Mi hermano hizo lo contrario, ahora tenía la nariz como Rodolfo. Sus amigos llegarían en unos minutos para pasar la tarde aquí, mi hermano no quería que lo vieran de esa manera, sería vergonzoso para él.

-No te rías Sesshomaru.

-No lo estoy haciendo.

-Hablas como si no te conociera.

-No lo haces - nos miramos mucho tiempo, siempre admiré a Inuyasha desde que tengo uso de razón, aunque a veces no lo decía, quería mucho a mi hermano, aunque últimamente él empezó a odiarme.

El timbre sonó por toda la casa, significaba que los amigos de Inuyasha ya habían llegado, Jaken entró seguido de ellos.

-Joven Taisho sus amigos ya llegaron.

-Gracias señor Jaken - ahí estaba Miroku, el mejor amigo de mi hermano, detrás de él estaba Koga, sabía que ellos habían hecho las pases para llevarse mejor.

-¿Qué te pasó en el rostro bestia?

-No es de tu importancia lobo sarnoso.

-Chicos, dejen de pelear - Miroku solo veía al par - por cierto, hola Sesshomaru.

-Hmp.

-¿Cómo te encuentras?

-Bien.

-¿Bien? ¿No pasó nada?

-Todo va como siempre.

-Me alegra saberlo.

Prefería hablar con Bankotsu, pero últimamente él se encuentra ocupado. Al principio creí que estaba evitándome como los demás niños, pero una noche vino y me explicó que estaban haciendo un ritual de sacerdotisas y monjes por toda esta semana y no tenía tiempo para visitarme.

Admitía que me gustaría tener amistades como mi hermano, que lo visiten seguido y pasar tiempo con sus amigos. Otra opción era invitar a Kohaku para que se integre a nuestro pequeño grupo con Bankotsu.

Tendríamos que buscar un nombre para nuestro grupo, algo original y único. Debería hablar con Bankotsu sobre el tema, era una de las mejores opciones.

-No es una de las mejores opciones - me senté en el sillón escuchando las ideas de Koga y Miroku para ocultar la mancha en su nariz.

-Es lo mejor que podemos hacer - Koga me miraba de vez en cuando mientras mi hermano se encontraba distraído. ¿Tenía algo en el rostro para que me mire seguido? Mi cabello ya había crecido, ahora me llegaba un poco debajo de los hombros, seguramente era por eso.

-Oye, bestia.

-Deja de llamarme así - mi hermano lo miró mal, aunque siempre tenía esa mirada - ¿qué quieres?

-Siempre me he preguntado - se llevó una mano a su rostro, como si estuviera pensando que decir - ¿Estás seguro de qué son hermanos? Los veo muy diferentes.

Diario de un adolescente enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora