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8 años.

"Inuyasha se encontraba demasiado contento por haber logrado entrar al equipo, él tenía razones por estarlo, había practicado todos los días, tenía su rutina de levantarse a las 5.30am para trotar todo el manzano, hacía ejercicios, comía bien.

Con mi familia festejamos llevando a Inuyasha a un partido de su equipo favorito y luego conocerlos personalmente, pude ver en sus ojos felicidad por ese día.

Cuando llegamos tuvimos que hacer nuestros deberes para el día de mañana, esta noche tendríamos una cena con los amigos de Inuyasha, el padre de Bankotsu le dio permiso permiso de pasar aquí la noche y festejar con nosotros.

Faltaban unas horas para que sea la hora de la cena, tenía un poco de hambre, así que bajé a la cocina, mientras estaba bajando vi a un hombre de tercera edad abrazar a mi padre.

Me faltaba un escalón para llegar al final, ellos se separaron del abrazo y me miraron, en los ojos de mi padre podía ver felicidad y en los ojos del otro hombre podía ver sorpresa.

-¿Sesshomaru? - al parecer ese hombre me conocía.

-Acércate Sesshomaru.

Obedecí a mi padre, me coloque a su lado para mirar a ese hombre, me sorprendí al ver las mismas marcas en su rostro, una marca en la frente al igual que tenemos mi madre y yo pero a diferencia de él, tenía unas líneas que formaban casi un rayo, el sólo tenía una raya en cada mejilla de color casi naranja claro.

Supe que su cabello no estaba así por su edad, no parecía tan viejo para que todos sus cabellos estén blancos, el me sonrió.

-Puede que no te acuerdes de él, te presento a Tenseiga Taisho, tu abuelo.

-¿Mi abuelo? - mi padre siempre hablaba de sus padres pero mi madre dijo que cuando aún yo no nacía su madre falleció por una enfermedad.

-¡¡Sesshomaru!!-el me abrazó, era un poco más pequeño que mi padre pero seguía siendo alto, pudo cargarme con facilidad - no sabes cuanto has crecido, cuando te vi eras tan pequeño pero ahora mirate.

-Hmp.

-Eso lo heredó de ti padre.

El me transmitía paz, mi padre decidió que era mejor que él y yo nos relacionemos más, ya que se quedaría por unos días aquí. Me di cuenta que ambos teníamos cosas en común, demasiadas diría yo.

Cuando Inuyasha bajó, mi abuelo trató de acercarse a Inuyasha pero él se fue rápido diciendo que tenía algo que hacer, estuvimos hablando hasta que fue la hora en la que nuestros invitados llegarían.

-Hola Sessh- Kagome fue la primera en llegar, tenía puesto un vestido de color rosa pálido, su cabello estaba con una trenza con una cinta roja - ¿Y señor...

-Tenseiga Taisho.

-Un placer, mi nombre es Kagome.

-El gusto es mío Kagome - me sorprendió la rapidez en la que ambos llegaron a llevarse bien.

Durante la cena Inuyasha fue el único quien no decía ninguna palabra, todos estábamos en un ambiente agradable, Bankotsu se llevó bien con mi abuelo, al terminar decidimos ir al cuarto de juegos para tener un partido de tennis.

Todo era diversión entre nosotros tres, Kagome vino para unirse a nosotros, Bankotsu creyó que era mejor que ella y yo fuéramos equipo.

Diario de un adolescente enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora