Los Cooper. La familia perfecta. Novios de preparatoria que se casaron y tuvieron tres bellas hijas. Polly, Dominique y Betty.
Perfección. Algo imposible de alcanzar, pero algo que Alice Cooper les exige a sus dos hijas. Sus mellizas. Dominique y El...
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𝒥𝓊𝓈𝓉 𝓅𝓁𝑒𝒶𝓈𝑒, 𝓅𝓁𝑒𝒶𝓈𝑒, 𝒸𝑜𝓂𝑒 𝒽𝑜𝓂𝑒
Omnisciente
Nique se había cambiado. Se puso un suéter rojo de lana con cuello de tortuga, pantalones negros, su chaqueta del FBI, y se dejó sus botas.
Archie, Betty, Nique, Kevin, Sweet Pea y Fangs estaban en el Royal, trazando su plan.
Nique no llevaba sus gafas, se había decidido a explicarles lo más resumido posible lo que había pasado ya que no quería que las gafas la molestaran. Todos habían jurado no decir nada. Aun así, como iban con Tom, había decidido maquillarse el ojo. No solía hacerlo, pero la situación lo ameritaba.
—Muy bien, gracias a Reggie Mantle tengo información para hacernos una composición del lugar —dijo Archie, mientras miraban los planos de la casa.
—¿Cuantos diablos hay en tu casa? —preguntó Fangs.
—He contado una docena en estas zonas —dijo Archie, señalando los lugares en el plano—. Atacaremos con dureza, y rápidamente.
—Bien —dijo Sweet Pea, que tenía el brazo recargado en el hombro de su mejor amiga—. Hace tiempo ya de la última pelea entre Serpientes y Diablos.
Sweet Pea y Nique compartieron una sonrisa.
—Tranquilo, Sweet Pea —le dijo Kevin—. No quiero que nadie muera hoy, especialmente mi novio y mi mejor amiga —dijo señalando a Nique con la cabeza.
—Con suerte, habrán bajado la guarida y encontraremos narcóticos —dijo Nique.
—Y, como dice Kev, nadie morirá —dijo Archie—. Ni de un bando ni del otro.
—Bien —accedió Nique—. Pero tengo una pregunta: podemos romper huesos, ¿cierto? Porque lo de Polly en serio me hizo enfurecer, y en serio, en serio, necesito romper algo.
—Si, Nique, pueden hacerlo.
Nique sonrió y dio pequeños aplausos.
—Siii. Aplastaremos a esos hijos de puta.
—Y que lo digas —dijo Sweet Pea, mientras le daba una palanca a Nique.
Ambos chocaron los cinco, Nique le dio la palanca a Kevin y Sweet Pea repartió el resto de las armas.
