Los Cooper. La familia perfecta. Novios de preparatoria que se casaron y tuvieron tres bellas hijas. Polly, Dominique y Betty.
Perfección. Algo imposible de alcanzar, pero algo que Alice Cooper les exige a sus dos hijas. Sus mellizas. Dominique y El...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝒞𝑜𝓊𝓈𝒾𝓃𝓈
Omnisciente
—Wow —musitó Cheryl, cuando vio a su prima entrar a la sala con el cabello rubio—. ¿Y a ti que te pasó?
—Decidí volver al rubio —se encogió de hombros y se sentó al lado de su prima.
Después de descubrir que su padre era un asesino en serie, Dominique decidió que no quería tener ningún tipo de similitud con él. Suficiente tenía con el ADN. Por lo que se había teñido el cabello de rubio.
Ya llevaba años con su color natural, pero había decidido volver a pintárselo.
El teléfono fijo sonó, por lo que la rubia contestó.
—Hola.
—Lo tenemos, Dominique.
—¿Thomas? ¿A quien?
—Al Basurero.
—¿Donde esta?
—Lo llevan a Rivervale en este momento. Necesito que te reúnas con él.
—Espera, ¿que? ¿Por que yo?
—Necesito una confesión. Y dice que solo hablará contigo. Con nadie más. ¿Estás preparada?
—Sí. Estoy lista.
Después de colgar, Cheryl la miró.
—No te preocupes, yo cuido a Emma.
Su prima sonrió.
—Gracias, Cher.
—No hay de que. Oye... y has... ¿hablado con Jughead sobre,lo de la máquina y eso?
—No. Pero creo que Tabitha y él rompieron. Tenía planeado hablar con él, pero... ahora tengo trabajo.
(...)
—Me alegro de volverte a ver, Dominique —le dijo El Basurero—. Cuanto tiempo. ¿No quieres ver mi verdadero rostro?
—Ese es tu verdadero rostro. Pero, si te refieres al humano, ya habrá tiempo para eso. Mi jefe quiere una confesión tuya. Quiere que admitas todas estas atrocidades —le contó, mientras miraba dópele expediente abierto.
Dos fotos. Ambas víctimas. Una niña y una mujer de la tercera edad.
—Eso es lo que quiere tu jefe. ¿Pero que quieres tu, Dominique?
—La confesión me importa una mierda. Se que lo hiciste tú. Solo quiero saber algo. ¿La maldad... la maldad absoluta... existe? ¿Y eres ella?
—Haz tu pregunta real, Dominique, y después confesare mis pecados.