Capítulo 21

6.2K 423 100
                                    

No podía creer que estuviera frente a Mike

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No podía creer que estuviera frente a Mike. Ese hombre con el que había estado escribiendo todo este tiempo. Sentía una extraña sensación en el pecho, por tenerlo a solo uno metros de distancia.

Por solo un momento, las palabras habían quedado atoradas en mi garganta, y no sabía cómo pronunciarla. Mike estaba con una sonrisa de diversión en el rostro, quizás al ver que yo no era capaz de articular palabra.

—Hola... —Dije al fin, con cuidado, solté el aire contenido en mis pulmones.

—¿Cómo estás? —Oh, Dios mío. Tenía la voz más linda que había escuchado en toda mi vida. Él se veía realmente guapo, atractivo; así como lo miré en la videollamada de Skype. Y su mirada era tan intensa que me hacía sentir nerviosa. A parte de eso, su voz sonrisa era hermosa.

—Bien. ¿Y tú? —Sonreí con nerviosismo, dando un paso hacia él.

Mike sonrió con suficiencia y me dijo que nos sentáramos en la banca. Dejé el bolso en mi regazo, y miré por el rabillo del ojo donde él se había sentado, a solo unos centímetros de mí. El lago se veía hermoso, y había una tranquilidad que no cambiaría por nada en este momento. Este era la clase de lugar, donde las personas vienen buscando paz interior.

—Bien. Llegas cinco minutos tarde, pelusa. —Dijo, mirando su reloj. —La puntualidad no es tu fuerte.

—Lo sé, señor Adonis. Pero estaba un poco lejos.

—Y dime, June. ¿Qué piensas? —Por primera vez, ladee la cabeza, observándolo. —En este lugar tan tranquilo, ¿qué piensas?

—Que no tengo problemas. Es como si nada por lo que estoy pasando actualmente, fuera cierto. Y nada más existiera esta paz inefable. ¿Sabes? —Lo miré fijamente, apoyando el brazo derecho en el espaldar de la banca. —Esta tranquilidad me hace pensar que Harper no tiene un tumor cerebral.

—¿Qué? ¿Tu mejor amiga?

—Sí, le hicieron una tomografía. El medico dice que hay que hacer más exámenes para saber si es maligno o benigno.

—Ni pregunto cómo te sientes respecto a eso. Animo, banana Split, todo saldrá bien, ya lo verás. —Contuve la respiración, cuando Mike alzó su mano acariciando mi mejilla con mucha sutileza. Su toque era suave, y cálido. Él me sonrió con ternura, y después sostuvo mi mano. —Eres tan buena, tan tierna, que a veces me pregunto si eres real.

—No soy real. Soy producto de tu imaginación, soy una ilusión. —Simulé la voz de una operadora. Por ello, Mike soltó una estruendosa carcajada que me hizo estremecer.

—Te traje un regalo. —Dijo, entregándome una bolsa. Con mucha curiosidad, toqué la bolsa para adivinar de qué se trataba. —Son tus favoritas.

—¿Me trajiste unas papas pringles?

—Sí.

Mordí mi labio inferior y bajé la mirada. Cuando le dije que me gustaban los pringles, nunca creí que él me compraría un paquete.

Viviendo un amor entre letras |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora