June lleva años enamorada de su mejor amigo Mason, pero él es el típico hombre que solo está con las mujeres por sexo y ella lo sabe, por eso ha mantenido sus sentimientos ocultos ante él. Un día, cansada de sufrir en silencio por ese amor no corres...
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A Jeremy no le quedó de otra más que alejarse. No sabía que Mike era así, cuando salíamos él nunca se comportó de esa manera.
—¿Qué fue eso?
—Deberías darme las gracias por hacer que ese tipo te dejara de molestar.
—Yo puedo defenderme sola. —Me abrí paso entre las personas camino a la cocina.
—Lo sé. —Mike me siguió. —June, espera... —Me sujetó por la mano. Suspiré dándome la vuelta, quedando recostada en la encimera.
—Te escucho.
—Odio que estés tan indiferente conmigo. —Puso ambas manos en mi cintura, inclinándose hacia mí. —Odio esta situación.
—¿Y tú crees que yo no? —Tragué saliva. Mike me miraba con adoración y vehemencia, sus bellos ojos me examinaban detenidamente, hasta hacerme sentir nerviosa.
—Quiero llevarte a un lugar.
—¿Qué lugar?
—Lamento interrumpir. —Mike se alejó de mí, al escuchar la voz de mi padre. —June, necesitamos hablar.
Seguí a papá hasta su despacho. Él se notaba disgustado. ¿Será porque me vio con Mike?, ¿sabrá que Mike va a casarse? Porque conociendo a papá eso sí sería una buena justificación para estar enojado. Con cautela, caminé hasta quedar frente a su despacho, y me paré en el umbral.
Lo vi servirse un poco de whisky, y luego se dirigió a su escritorio.
—¿Qué pasa, padre? —Paso tras paso, me acerqué a él.
Por Dios santo, jamás me había sentido de esta manera cuando papá me decía para hablar.
—No te dije nada porque esperaba que tú lo hicieras. —Sus ojos acusadores salieron a relucir. —¿Sabías que Mike Wood va a casarse con Harley Young? —Asentí mirando hacia abajo. —¿Cuándo pensabas decirlo? Te he dado mi entera confianza, siempre lo hice para evitar este tipo de situaciones.
—Es complicado.
—Mi pregunta es: ¿Qué hace él aquí? ¿Por qué permites que venga si sabes que se casará?
—No lo sé...
—¿No lo sabes? —Se puso de pie, posicionándose a mi lado. —Eres una Harrison, por lo tanto debes darte a respetar, tú no eres la segunda opción de nadie. ¿Me escuchaste?
—Sí, padre.
—Te digo estas cosas porque soy tu padre, y te amo. —Se arrodilló sosteniendo mis manos entre las suyas. —Sé que estás enamorada, y cuando uno se enamora comete muchos errores que en el momento no los ve como si lo fuera, pero las consecuencias se ven reflejadas, a veces no enseguida, sino con el paso del tiempo.
—Lo sé, siempre me lo has dicho.
—Tenme más confianza, así como lo hacías antes. ¿Recuerdas? —Cuando vivía con mis padres, recuerdo que me sentaba todas las noches a hablar con papá, le contaba todo lo que hacía, lo único que nunca hice, fue hablarle de Mason, aunque supongo que él lo sabía, porque cuando los señores Brooks hablaron con ellos para que Mason y yo nos casáramos, mis padres dijeron que yo era muy pequeña.
