Capítulo 6

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El joven Chad salió de su oficina haciendo una mueca mientras se dirigía a Emma

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El joven Chad salió de su oficina haciendo una mueca mientras se dirigía a Emma. Ella lucía fatal, me dijo que su mamá se puso mal anoche y tuvo que llevarla al hospital, según lo que dijeron los médicos, el cáncer parece estar avanzado.

—Necesito que organices todo para la junta de hoy. —Ella asintió cogiendo unas carpetas de su escritorio.

—El señor Walker llamó, dice que necesita hablar cuanto antes con el dueño de la empresa. —Le informó entregándole los documentos a Chad. —Aquí está el reporte que me pidió.
—Eso era para ayer. Y bueno, ya no lo necesito, me di cuenta que tenía uno en mi computadora.

Emma lo miró fijamente, con ganas de tirársele encima, y darle de golpes. Él pareció notarlo, debido a que dio una vuelta yendo a su oficina. Ella apoyó la frente en el escritorio, y la escuché maldecir.

—Maldito idiota.

—Desahógate. —Dije poniéndome de pie. Tenía que ir a la sala de juntas para organizar todo. Sabía que él había mandado a Emma, pero ella estaba muy mal, además, yo no iba a hacer nada, puesto que ya terminé con mis pendientes. —Iré a ayudarte.

—Gracias. ¿Quieres un café?

—No, gracias. —Le sonreí colocando mi mano en su hombro dándole un leve apretón.

Mi teléfono comenzó a sonar, mostrando el nombre de Mason en la pantalla. Tragué saliva, y tomé una profunda respiración mientras deslizaba el dedo para contestar.

—June. —Escuché su voz, cerré los ojos quedándome petrificada en mi lugar. Lo quería, yo lo quería demasiado como para alejarme de él, pero también había algo más, y era Hannah. Caminé por el pasillo que me llevaría a la sala de juntas.

—Sí, dime. —Traté de hablar lo más cortante posible.

—Necesito verte. Tenemos que hablar.

—No hay nada de que hablar.

—¿Paso por ti? —Preguntó ignorándome. No dije nada. —Nos vemos más tarde. —Colgó.

No me sentía con las fuerzas necesarias para verlo. Sabía que fácilmente caería en sus brazos, con solo una mirada, una sonrisa. Me sentía perdida en este mar de sentimientos, que por más que intentaba dejarlos a un lado, no podía, no podía olvidarme de él.

Después que la junta terminó, se hicieron las seis. Emma dijo que el señor Anthony la llamó para decirle que él vendría el día de mañana, por lo cual ella suspiró aliviada. Emma me dijo que ya estaba dispuesta a pedir el cambio de piso, porque sinceramente no estaba para aguantarle humillaciones a nadie. Además, no está para malos tratos, ella hace bien su trabajo y yo soy testigo de ello.

El joven Chad es muy arrogante, siempre queriendo pasar por encima de todos, como si la gente no valiera nada. Y él lo valiera todo, solo por tener mucho dinero.

Viviendo un amor entre letras |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora