—¡Padre Anderson! —gritó una agotada Heinkel, corriendo hasta el mencionado.
—Heinkel, te dije que me esperaras afuera —gruñó Anderson mientras sus bayonetas se esfumaban en el aire.
—Escuché ruidos fuertes y a usted maldiciendo así que decidí acercarme —se excusó la monja, ligeramente nerviosa.
—¡Oh Dios mío! ¡¿Señorita, qué le pasó en la boca?! ¡¿Está bien?! —una alterada Ibara Shiozaki exclamó al ver las vendas que sujetaban la mandíbula de Heinkel.
—Sí, sí, estoy bien niña, es una cicatriz de guerra, literalmente —la monja sonrió, asustando más a la joven—. En todo caso, ¿qué pasó aquí padre? —miró nuevamente al sacerdote.
—Meh, un demonio escapó de mí, se creía importante por ser el demonio de la Navidad —bufó este.
En eso, los vampiros que estaban sujetados por cadenas al suelo, despertaron. Ambos se estaban regenerando algo más lento de lo usual y se sentían muy cansados y adoloridos.
—Ay, siento como si estuviera en mis días —se quejó Himiko.
—Juro que cuando vea a Krampus de nuevo, lo mataré —gruñó Izuku sintiendo dolor en todo su cuerpo.
—Vaya, niños, me sorprende que sigan vivos —dijo Heinkel y se acercó para liberarlos— ¿Por qué los encadenó solo a ustedes?
Estando a punto de romper las cadenas se detuvo al observar sus ojos.
—Ya veo el porqué, ¿qué hacen dos vampiros tan jóvenes aquí? —desenfundó dos pistolas con munición de plata bendita.
—Espere, espere, somos estudiantes aquí y solo tomamos sangre donada —Izuku se apresuró en hablar puesto que notó las ropas que ambos usaban y se dio cuenta que no eran cualquier religioso, Himiko por su parte asentía sin parar a todo lo que decía su novio. Alucard les había comentado sus batallas contra el legendario Alexander Anderson.
—De todas formas son un peligro, y nosotros, la Organización Iscariote del Vaticano, nos encargamos de monstruos como ustedes —gruñó Heinkel y apuntó a ambos vampiros. Provocando que ambos forcejearan contra las cadenas con todas sus fuerzas.
—¡Auxilio! ¡Nos va a matar una loca! —gritó Toga con gran desesperación. Provocando que varios estudiantes y un malherido Aizawa se posicionen defensivamente.
—No tenga idea de quienes son ustedes, pero ellos son mis estudiantes. Y nos han salvado el pellejo más de una vez, no dejaré que los lastimen si puedo evitarlo —Aizawa amenazó mientras usaba su quirk.
Anderson ya tuvo suficiente de las tonterías de todos, incluida su pupila, e iba a detenerla y explicar la situación, cuando sintió una enorme sed de sangre acercarse rápidamente. El sacerdote abrió los ojos y se tiró junto a Heinkel al suelo, así evitando que sean partidos a la mitad.
—Vaya, vaya, han pasado 30 años desde la última vez que nos vimos —una profunda voz dijo calmadamente—. Alexander Anderson. ¿Y qué es esto? ¿Estaban a punto de matar a MIS nietos? —finalizó con un gruñido que puso la piel de gallina en todos, menos los religiosos.
—Alucard, Chica Policía —saludó el sacerdote con cautela al ver tanto al Rey Vampiro como a Seras Victoria aparecer ante ellos, debía ser rápido y calmar la situación. Pero Heinkel se le adelantó.
—¡Ustedes dos! ¡El Vaticano los ha estado buscando para poner fin a su miserable existencia! —la monja ahora apuntó a los recién llegados.
—¡Heinkel, cállate y déjame hablar! —exclamó Angel Dust.
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My Hellsing Academia
FanfictionBasicamente es un crossover entre Hellsing (abridged) y BNHA. Donde Alucard y Seras se encontraran con un chico humano cuya vida despues de aquella noche cambiara para siempre. Dekuxtoga. La historia está en PAUSA, no está, ni estará, abandonada. #1...