24. Desequilibrio

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La emoción por el rencuentro fue notable entre los jóvenes herederos de los cuatro reinos. Tardaron un largo rato en ponerse al día sobre todo lo que habían estado haciendo durante el tiempo en que no se vieron.

—Bien —dijo Brial—. Nos hallamos aquí reunidos.

—Para unir en matrimonio —voció Kya.

Todas las miradas cayeron en ella de forma coordinada.

—Perdón —rió con suavidad—. Continúa Brial, por favor.

—La paz es la razón por la cual... —Brial hizo silencio unos segundos, replanteándose—. Queridos míos, no los voy a aburrir con un discurso filosófico que no van a entender y que hará que se me canse la voz. La paz es importante, punto.

Los chicos asintieron con la cabeza.

—¿Cómo haremos para detener la guerra? —preguntó Allan.

Hace un tiempo estaba dándole vueltas a ese asunto y no lograba hallarle una respuesta. Comenzar una guerra era sencillo, terminarla era mucho más difícil.

—Independientemente del conjunto bélico de cada reino y de la integridad de los generales militares, hay una cosa que debemos plantearnos primero —mencionó Brial.

—¿Cuál es? —preguntó Ryan.

—¿Saben ustedes el motivo de la guerra? —cuestionó Brial— ¿Cómo se dieron las circunstancias?

—Invierno atacó la frontera de Otoño, declarando una guerra sorpresiva —dijo Agata, se lo sabía de memoria.

—¿Cómo? —cuestionó Naina frunciendo el entrecejo con gran desconcierto.

—Invierno no atacó a Otoño, de forma "sorpresiva" —Allan hizo comillas en el aire—. Solo devolvimos el golpe. Ustedes hicieron algo peor antes.

Kya volteó a verlo.

—¿Y qué hicimos, según tú? —exigió saber, enojada.

—¿Por qué me gritas? Yo no te he gritado —replicó Allan.

Ambos comenzaron una acalorada discusión.

—¿Ellos no pueden dejar de pelear ni por un minuto? —inquirió Darian.

La princesa de Primavera le dió una palmada en el hombro al tiempo que respondía a su pregunta de forma negativa.

—Paren los dos —Naina los detuvo—. ¿No se dan cuenta? Las dos versiones de la historia son diferentes.

El entendimiento se reflejó en los presentes.

—Me alegra que lo hayas notado, Naina —le dijo Brial—. Invierno sufrió la pérdida de la reina Isha una semana antes del comienzo de la guerra. Fue un asesinato. Una persona incriminó al reino de Otoño por lo sucedido.

—¿Quién nos acusó? —saltó a preguntar la princesa de Otoño.

—No... —el equidista negó—. Desconozco quién lo hizo.

En realidad, lo sabía perfectamente. Sin embargo, se guardó esa información.

—Independientemente de quien lo dijo, mintió —mencionó Darian.

—Entonces, fue una mentira lo que causó todo este conflicto —analizó Allan.

Le resultaba un tanto difícil renunciar a lo que desde hacía años era para él una verdad absoluta. Sin embargo, confiaba en Brial y sabía que no los engañaba.

El príncipe de Verano observó a los dos hermanos, entendiendo lo que deberían estar sintiendo en ese momento.

—Todo fue una mentira —mencionó en un susurro—. ¿Por qué alguién mentiría con algo de ese grado de importancia?

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