Mi corazón salta en un latido al ver al vampiro materializarse frente a mis ojos. Ingenuo, espero que ella aparezca a su lado. Pasan los segundos y nada.Toak deja salir un llanto quejumbroso que no hace más que expandir mi preocupación. Me veo a mí mismo caminando hacia él y tomándolo del cuello de la camisa para que vuelva en sí.
—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Kya?
Me mira por un segundo, con ojos de lástima. Sorbe por la nariz y se limpia las lágrimas de forma inútil, pues no puede dejar de llorar.
—Muerta —pronuncia casi sin voz—. Kya ha muerto.
Lo suelto. Me alejo de él, conmocionado. Mi cabeza queda en blaco. Sin planearlo por más de un segundo, busco la forma de leer sus pensamientos. Quiero descubrir que se trata de una mala broma. Sin embargo, la cruda realidad me golpea como un látigo. Es cierto.
Un dolor agudo me hinunda el pecho. De reojo veo a los demás sorprenderse de igual forma.
—No —chilla Agata—. Por favor dime que no es así. Tiene que ser falso. Dime que Kya no está muerta, por favor.
Toak niega con la cabeza.
—Lo lamento —es lo único que nos dice, ya que los constantes sollozos no le permiten formular otra cosa coherente.
Un silencio horrendo se apropia de toda la estancia. El único sonido que se escucha por los siguientes minutos son los llantos y lamentos que se unen de forma que parecen una lúgubre sinfonía.
—Pero ¿qué fue lo que ocurrió? —pregunta Ryan .
Parece desesperado por entender cómo ocurrieron los hechos. A mí, sinceramente, me da igual. La única información que es capaz de retener mi cerebro es que ella murió.
Ya no está. Ya no la podre escuchar llamarme por ese apodo tan ridículo.
«Copito»
Su voz se repite en mi cabeza como una dolorosa tortura. Me dejo caer al suelo. Sin siquiera preocuparme por disimular las lágrimas. Ya no.
Es la sirena quien toma la palabra.
—F—Fuimos a rescatar a Asra —nos cuenta—. Flu le llevó a Toak una carta que Kya recibió. ¿Aún la tienes?
Toak asiente a su pregunta, sacando una hoja de papel de entre sus rasgadas y sucias ropas. Se la arrebato de la mano apenas nos la muestra.
Al leer, la rabia se apodera de todo mi cuerpo y se expresa en gruesas lágrimas que se acumulan en mis ojos. Lo peor es que entiendo por qué Kya no me dijo nada. No contaba con nuestra ayuda. Es comprensible después de como la tratamos.
Mi hermana toma la nota para leerla también. Hansa continúa con su relato.
—Blass la tenía en una cabaña en la selva y...
—¿Quién es Blass? —pregunta el rey de Primavera.
—Él es...
—Mi hermano —completa Brial, hablando por primera vez desde que llegó.
Todos abrimos los ojos como platos, excepto Darian.
—¿Cómo? —pregunta Ryan exaltado.
Brial suspira con pesadez. El asunto parece agobiarle.
—Es un ser despiadado —atribuye, conteniendo las lágrimas—. Su alma está cargada de odio y rencor hacia el mundo.
Siento que hay algo más que no cuenta. Intento leer sus pensamientos, pero no logro ver más que un reflejo casi imperseptible de preocupación. Siempre ocurre lo mismo. Es como si ni siquiera pudiera acceder a la superficie de su psique.

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Staciony✓
FantasyEn un planeta dividido en cuatro reinos que se han estado matando entre sí durante años, los príncipes y princesas herederos se odian los unos a los otros desde la cuna. Cuando el equilibrio mágico se ve amenazado, los jóvenes deben dejar de lado su...