12. ¡Soy un bocadillo absoluto!

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Aunque Benjamin probablemente no estaría jugando, ya que era una reserva, le dijo a Erin que la vencerían cada vez que pudiera. Se puso un poco arrogante, desafiando a su hermana, diciéndole lo mejor que era su equipo. Erin nunca se metió realmente con eso, ya que sabía que era un chico de 14 años demasiado confiado hablando.

Pero tres semanas antes de su partido entre ellos, perdió esa actitud por un tiempo. Fue por la mañana en el desayuno cuando llegó el correo. Erin se había olvidado por completo del regalo de su hermano, hasta que un paquete enorme voló el Gran Comedor. Estaba envuelto en capas y capas de papel marrón, pero la forma de una escoba era inconfundible.

Los dos búhos que lo trajeron lo dejaron caer directamente en el tazón de avena de Benjamin y, aunque su mesa no estaba muy contenta con la fuente de avena que se arruinó, a Benjamin no le importaba nada. Sus ojos se volvieron del tamaño de Bludgers cuando notó el paquete. Arrancó el papel y admiró su nueva Nimbus 2000. Aunque la modelo ya tenía tres años, aún era mejor que la escoba del estudiante promedio de Hogwarts.

Erin le dio mucho tiempo a Benjamin para que pueda mostrar su nueva escoba al resto de su casa antes de que ella se le acercara. Fue justo antes del almuerzo, cuando lo vio en el pasillo, sin su escoba, por primera vez ese día.

–¡Erin, Erin!– la llamó – Erin, ¿Viste la escoba que me dió mamá? ¡Es una Nimbus 2000!

–La vi, yo la elegí– sonrió Erin.

–¡De verdad gracias!– Benjamin dijo y abrazó a su hermana con entusiasmo. Rápidamente se echó hacia atrás cuando se dio cuenta de que estaban en medio de un pasillo lleno de gente.

–¿Puedo verla?– Erin preguntó. Todavía les quedaban unos quince minutos antes del almuerzo.

–Claro, vamos– Benjamin la llevó hasta el séptimo piso, donde estaba la Torre de Gryffindor.

–La traeré, pero tienes que quedarte aquí. Solo se permiten los Gryffindors– dijo Benjamín con orgullo, subiendo las escaleras. Erin se encogió de hombros, apoyándose en la barandilla, inspeccionándose las uñas. Siempre había sospechado que su hermano sería un Gryffindor, pero ahora estaba muy claro.

–¿Qué estás haciendo aquí? ¿Observando pájaros de nuevo?

Erin miró hacia arriba para ver a Oliver subiendo las escaleras, seguido por su amigo Percy. Erin se rió entre dientes al pensar en su pequeña broma.

–No, la atmósfera es terrible aquí– dijo. Percy siguió caminando, pero Oliver se detuvo para charlar – Benji me está mostrando su nueva escoba.

–Ah, cierto. No vas a poder seguirle el ritmo– dijo.

–¿Jugará contra nosotros?– Erin preguntó confundida.

–No, probablemente no, espero que no te importe.

–Por supuesto que no, no esperaba que le dieras un lugar tan pronto. Y de cualquier manera, eres el capitán– Se había convertido en el apodo habitual de Erin para Oliver y no parecía importarle mucho.

–Bueno, te veré por ahí– dijo Oliver y subió las escaleras de nuevo, justo cuando Benjamin bajaba corriendo.

–¡La tengo!– él grito.

–¡Oye, Erin!– Oliver se dio la vuelta – Tengo algo que mostrarte esta noche. Te espero en tu sala común a las diez – Sin más palabras, Oliver entró en su sala común. ¿Qué?

Erin pronto se distrajo de la oferta de Oliver cuando Benjamin empujó su regalo en su cara.

–¡Es súper rápida! Puedo probarla durante la práctica de mañana– dijo, con los ojos brillantes de emoción. Era una escoba realmente bonita, completamente aerodinámica y pulida.

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora