15. No sabía que eras del tipo "elegantemente atrasada"

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–E? ​​E, ¿sigues ahí?– La voz de Beatrice sonó detrás de la puerta del baño, pero todo lo que Erin pudo oír fueron los miles de pensamientos gritando en su cabeza. Deberías haber esperado esto después del año pasado. Eso es lo que obtienes cuando te dejas enamorar de alguien que no te ama. Deberías haberlo detenido cuando aún tenías la oportunidad.

Que su movimiento de quidditch fallara era la menor de sus preocupaciones. Sintió tanto dolor en su corazón porque él había roto su confianza. El chico que le había gustado tanto, el chico con el que había salido tanto, el chico en quien confiaba... La había lastimado. Se sintió ingenua, traicionada y enojada. Y triste, triste también. Triste porque en el fondo de su mente, pensó que ella también significaba algo para él. Pero un estúpido partido de quidditch significaba más para él.

–¡Erin, en serio, voy a entrar!– Beatrice gritó y abrió la puerta.

–Dios, Erin, ¿Estás tratando de ahogarte?

Erin se sentó en el suelo, con los brazos alrededor de las rodillas y la cabeza agachada. El agua caliente vertía todavía sobre ella, llenando todo el baño de vapor. Beatrice cerró el agua y trató de averiguar qué pasaba, pero no tenía ni idea. Tomó una toalla grande y la envolvió alrededor de su amiga.

–Hey Erin, soy yo, Beatrice– Erin miró hacia arriba, cansada y vacía, lo que hizo que Beatrice se preocupara.

–Solo dame un minuto, saldré pronto– dijo Erin con su voz ronca por un resfriado que se avecinaba.

–¿Estás segura de que estarás bien?– Preguntó Beatrice. Erin asintió con la cabeza, por lo que Beatrice salió vacilante del baño. Erin se incorporó, le dolían los músculos, y se secó. Envolvió su cabello en la toalla y rápidamente se puso un pijama. Regresó a su dormitorio donde la esperaba una preocupada Beatrice. Erin podía escuchar los vítores y risas de la fiesta de abajo.

–¿Pijama? ¿No vas a celebrar con nosotros? Ganamos– preguntó Beatrice.

–No estoy de humor para festejar– suspiró Erin, secándose el cabello.

–Oye, por favor dime qué pasa. Estoy un poco preocupada– Erin se frotó la cara ignorando el dolor de cabeza que se estaba acercando. Realmente no quería hablar de eso, pero Beatrice no se iba a ir sin una respuesta adecuada.

–Wood me vio practicar la Inmersión en espiral Hawkshead hace un par de semanas. Me prometió que no se lo diría a su equipo– dijo Erin, haciendo todo lo posible por contener las lágrimas. No iba a llorar por el estúpido Oliver Wood.

–Pero lo hizo. Angelina sabía exactamente qué hacer– Erin se estaba poniendo nerviosa de nuevo. Trató de tranquilizar su respiración, pero se sentía tan traicionada.

–Oye, pero ganamos. Ese fue un movimiento idiota de Wood, pero ni siquiera valió la pena. Ganamos– Erin negó con la cabeza. Ella no lo entendió.

–No me importa el movimiento, B. Me importa que rompió una promesa. Pensé que al menos era su amiga– Una lágrima solitaria rodó por la mejilla de Erin y rápidamente se la secó. Ella no iba a llorar.

Ella pensó que era al menos su amiga después de cómo la ayudó a convertirse en capitana, cómo le habló de su padre, cómo se escaparon para espiar a Slytherin juntos, cómo siempre hablaban cuando tenían la oportunidad. Pero no, su amistad significaba tan poco para él que un simple partido de quidditch fue todo lo que se necesitó para sacrificarlo. Recordó lo que había dicho cuando estaban viendo la práctica de Slytherin. Prometamos que pase lo que pase durante el juego, gane quién gane, seguiremos siendo amigos después. Supongo que era una promesa que Erin iba a romper.

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora