50. Hay mucho que podemos hacer en media hora

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Erin caminó por el tren, tratando de encontrar a su hermano pequeño. Ella lo había buscado toda la mañana, pero él claramente la estaba evitando. En esos momentos, realmente deseaba que los clasificaran en la misma casa.

Lo encontró en la parte trasera del tren, en un compartimiento con Seamus y Dean. Erin estaba muy feliz de haber aprendido sus nombres a través de Fred y George. Suavemente abrió el compartimiento y Benjamin inmediatamente pareció molesto.

–Hmm... Seamus, Dean, uh... Harry quería verlos a los dos– dijo incómoda. Estaba bastante segura de que no creían su aparente mentira, pero simplemente se encogieron de hombros y abandonaron el compartimento.

Benjamin se cruzó de brazos y miró por la ventana. Erin se sentó a su lado y trató de encontrar las palabras adecuadas.

–Mira, Benji, no voy a inventar ninguna excusa de por qué no he pasado tanto tiempo como debería contigo, porque no tengo ninguna. Estaba tan concentrada en mí misma que olvidé que tú también tienes problemas a veces. Solo quiero que sepas que lo siento mucho, de verdad. Me preocupo mucho por ti, pero no soy tan buena demostrándolo– Benjamin miró en su dirección, pero siguió sin decir nada.

–Vamos, Benji, por favor perdona a tu hermana mayor– sonrió y envolvió sus brazos alrededor de sus hombros, atrayéndolo en un abrazo lateral.

–No, no me toques– se quejó Benjamín, tratando de apartarla, pero ella no lo soltó.

–No, vamos, devuélveme el abrazo hermanito– dijo ella, ignorando sus protestas –No voy a soltarte hasta que reciba un abrazo.

–¡Erin, déjame ir!– Benjamin gritó, pero Erin pudo escuchar en su voz que se estaba rindiendo lentamente.

–¡No, no va a pasar!– Le tomó un tiempo, pero finalmente Benjamin dejó de intentarlo y dejó que su hermana lo abrazara.

–Todavía estoy enojado contigo– dijo, con una pequeña sonrisa en sus labios.

–Hmm, creo que sé algo que podría animarte– Benjamin la miró con recelo, su interés claramente alcanzó su punto máximo.

–¿Qué pasaría si pudiera conseguirte una reunión y un saludo del equipo de quidditch de Puddlemere United?– ella movió sus cejas. No le había preguntado eso a Oliver, pero él podría arreglar algo.

–¿En serio?– Benji preguntó con sospecha –¿Incluso Benjy Williams?

–Incluso Benjy Williams– sonrió Erin. Estaba ansiosa por el partido de Oliver. No podía esperar a volver a ver a Benjy.

–Está bien, supongo que podría perdonarte entonces– sonrió. Erin técnicamente lo había sobornado, pero tenía buenas intenciones.

–Te prometo que seré una mejor hermana, ¿De acuerdo?– Se puso de pie al notar que Seamus y Dean habían regresado –Lo siento, chicos– sonrió antes de regresar a su propio compartimento.

El resto del viaje transcurrió terriblemente lento mientras Erin contaba los segundos hasta que volviera a ver a Oliver. Ahora que sus preocupaciones sobre George estaban fuera de su cabeza, no podía esperar a verlo de nuevo.

Por una fracción de segundo pensó en la posibilidad de que él no apareciera, pero sabía que nunca haría eso. Si lo hiciera, ella le haría un avada kedavra de inmediato. Pero él estaba ahí.

En el momento en que el tren entró en la estación, ella lo vio primero en la fila, revisando las ventanas en busca de su rostro. No podía verla desde donde estaba parada, pero el solo hecho de que él estuviera allí hacía de Erin la chica más feliz del mundo. Habían pasado solo dos semanas, pero lo había echado mucho de menos.

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora