52. No tienes que preguntármelo dos veces

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–Aquí tienes, amor– dijo Oliver y le entregó un trago. Erin técnicamente no tenía la edad suficiente para beber hasta dentro de unos meses, pero beber por debajo del límite de edad no era muy raro, bueno, en realidad en cualquier lugar. Oliver, por otro lado, tuvo mucho cuidado con lo que estaba consumiendo esta vez.

–Gracias– sonrió, besándolo lentamente. Habían ido a un club en el centro, así que estaba lo suficientemente oscuro como para exhibir una pequeña sesión de besos sin tener miradas extrañas.

–¿Te dije lo bonita que te ves esta noche?– susurró, jugando con un mechón de su cabello.

–No me veo diferente de lo que normalmente me veo– se sonrojó, envolviendo un brazo alrededor de su cuello.

–Hmm, bueno, te ves bonita todos los días– La arrastró suavemente hacia la pista de baile.

Erin se lo pasó genial. Ella ya sabía que Puddlemere era un equipo muy divertido para pasar el rato, pero seguro que sabían cómo divertirse. Erin se sorprendió de cuánto licor podían tomar estas personas siendo deportistas profesionales. Erin estaba un poco nerviosa, pero se aseguró de permanecer sobria en su mayor parte. Esta noche tenía otros planes.

Oliver había ido a buscarle otra bebida cuando sintió una presencia detrás de ella.

–Hola, linda dama– Erin no reconoció la voz, así que dio un paso antes de darse la vuelta. Frente a ella había un hombre solo un par de años mayor que ella, pero claramente borracho y loco.

Erin no respondió. ¿Por qué Oliver siempre insistía en conseguirle bebidas?

–¿Qué estás haciendo aquí tan sola?– preguntó –¿Necesitas compañía?

–No, estoy bien, muchas gracias– dijo Erin molesta –Estoy aquí con amigos– Vio a algunos de los compañeros de equipo de Oliver a un par de metros de distancia, lo que la hizo sentir un poco más segura.

–Estaba hablando de un tipo especial de compañía– sonrió el chico, acercándose un paso y poniendo sus manos en sus caderas.

–¡¿Podrías quitarme tus sucias manos de encima?!– Erin le gritó, apartando bruscamente sus manos.

–Aww, ¿Nuestra pequeña princesa no está de humor para bailar?– Erin se estaba cansando de este pervertido cuando se acercó de nuevo.

–No, no lo estoy. Estoy aquí con mi novio si no te importa– le siseó.

–Oh, bueno, estoy seguro de que no le importará compartir– Sus manos tocaron su cintura de nuevo y ella dio un paso hacia atrás, pero chocó con alguien.

–No comparto, así que será mejor que le quites las manos de encima– escuchó decir a Oliver. Miró hacia arriba para ver que Oliver era la persona con la que se había topado. Gracias a Dios.

–Es una pena, me hubiera gustado jugar contigo– sonrió el hombre sin quitarle las manos de encima a Erin.

–¡Dije, manos fuera!– Oliver se enojó ahora mientras empujaba bruscamente al hombre lejos de ella. A Erin le sorprendió cómo no se cayó en su estado de borrachera. Oliver envolvió protectoramente un brazo alrededor de la cintura de Erin, acercándola. El hombre reconoció a Oliver y sus ojos se agrandaron.

–Eres el Guardián de Puddlemere– dijo sorprendido, olvidando por completo el hecho de que solo estaba acosando –Vi el partido esta noche. Gran trabajo.

–Te sugiero que te vayas a la mierda o nos meteremos en problemas, maldito 'perrvertido'– A Erin normalmente le resultaba divertido cuando Oliver soltaba su jerga escocesa cada vez que estaba molesto o enojado, pero ella solo quería que este hombre se fuera ahora mismo. Y lo hizo. Lentamente, retrocedió, desapareciendo entre la multitud.

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora