51. Bueno, bueno, mucho tiempo sin verte

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Erin estaba animando a todo pulmón cuando Oliver logró bloquear otro penal. Jugaban contra las Avispas de Wimbourne y actualmente estaban por delante por 60 puntos. Todo lo que quedaba por hacer era que Benjy atrapara la Snitch.

Tenían asientos espectaculares, gracias a Oliver. Se sentaron en el mismo centro del estadio, donde podían ver cada parte del campo. El resto de los puestos estaban llenos de otros miembros de la familia y empleados del Ministerio. Ninguno de ellos estaba tan emocionado como Erin y su hermano pequeño, pero no les importaba nada.

–¡La vió!– Benjamín gritó, señalando el lado derecho del campo –¡Benjy ha visto la Snitch!

Un segundo después, el Buscador de las Avispas de Wimbourne fue tras Benjy, decidido a conseguir primero la Snitch.

–¡Y Marlo Deverill anota! ¡Eso lleva a Puddlemere a una ventaja de setenta puntos!– dijo el locutor.

A Erin no le agradaba Marlo, pero deseaba ser tan buena como ella algún día. Realmente extrañaba el quidditch. ¿Cómo se suponía que la iban a fichar si no había partidos en la escuela?

–¡Buena intercepción de Isaac Wallice que ahora se dirige directamente hacia el nuevo Guardián de Puddlemere!– La voz del locutor sonó a través de la arena y Erin se inclinó hacia adelante tanto como pudo para tener una visión adecuada de lo que estaba sucediendo.

–Vamos, Capitán– murmuró al ver a uno de los Cazadores de las Avispas de Wimbourne dirigirse hacia sus postes de portería.

–¡Y Wood bloquea la Quaffle! ¡Un movimiento impresionante del joven como nueva incorporación! ¡Parece que Puddlemere hizo una buena decisión al agregarlo al equipo!– Erin vitoreó en voz alta mientras las lágrimas de felicidad nublaban su visión.

El rostro de Oliver apareció en la pantalla de la esquina del estadio. Llevaba su sonrisa característica, pequeñas gotas de sudor brillando en su frente. Le guiñó un ojo a la cámara y Erin sintió todo tipo de cosas. Aquí era donde sabía que él le pertenecía y se veía tan malditamente guapo en el campo. Las mariposas en su estómago estaban enloqueciendo.

–Es un buen partido, ¿No?– su madre le guiñó un ojo, haciendo que Erin se sonrojara. Realmente lo era.

–Eso es asqueroso– dijo Benjamin, levantando las cejas.

–Oh, apuesto a que no pensarías que es igual de asqueroso si Hannah Abbott te guiñara el ojo– bromeó Erin. Ella le había preguntado sobre eso varias veces durante su descanso, pero él no le dijo mucho. Pero solo el rubor que rápidamente manchó sus mejillas le dijo todo lo que necesitaba saber.

–¡Mira, ya casi la tiene!– Benjamín dijo de repente. Benjy pasó a toda velocidad en su escoba, con la Snitch fuera de su alcance. Erin se mordió el interior de la mejilla para no gritar y sacarlo de su concentración. El Buscador de las Avispas de Wimbourne estaba muy cerca, pero los Golpeadores de Puddlemere lograron crear suficiente distancia. Y luego Benjy lo hizo. Logró atrapar la Snitch y el estadio estalló en vítores, incluidos Erin, Benjamin y su madre.

–¡Lo hicieron!– Erin gritó mientras abrazaba a su hermano pequeño. Él no protestó por una vez y le devolvió el abrazo, saltando de emoción. Vieron cómo el equipo de Puddlemere United volaba alrededor del estadio, celebrando su victoria mientras las Avispas de Wimbourne se retiraban lentamente. Erin amaba mucho el quidditch. No había mejor descarga de adrenalina que dentro o fuera del campo.

–¿Oliver viene a casa con nosotros?– Benjamin preguntó, de repente mucho más emocionado por el novio de Erin. Erin supuso que finalmente había comprendido que él estaba en el equipo. Su hermana tenía un novio famoso.

𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora