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Harry

Hijo de puta.

Fui directo a la habitación y me encontré con Noah y Yos.

— ¿Para qué me has llamado? Tengo cosas que hacer, si no me necesitas para nada me voy. — Yos se levantó al momento en que me vio entrar haciendo notar su molestia de que haya sido quitado de sus labores o más bien como lo veía estaba temiendo que sea castigado por no estar haciéndolos.

— ¿A dónde?

— A hacer mis tareas. Qué te importa. — Apreté los dientes y le tomé del antebrazo para lanzarlo al sofá donde estaba Noah. — Escucharme los dos. No van a salir de aquí mientras ese hombre esté cerca. ¿¡Entendido!?

— ¿¡Qué te pasa!? ¡Ni siquiera nos conoces, no tienes ningún derecho a darme órdenes! — se levantó para enfrentarme, aunque su voz no sonaba tan amenazadora ni convincente de lo que dice, pero aun así seguía retándome, tan pequeño y valiente su postura me hacía recordar que yo era igual o peor.

— Yos... — Noah intento tomarlo del brazo y hacerlo volver a sentar, pero este le dio un manotazo sin quitarme la mirada. — ¡Cállate!

Salió corriendo de la habitación mientras Noah se quedó con la cabeza agacha. Caminé en dirección al baño y posé mi mano sobre la cabeza de Noah. — Lo siento.

Suspiré y me dejé caer apoyándome en la puerta hasta quedar sentado en el suelo. Mis emociones se habían descontrolado, y le había gritado a Yos.

Me froté la cara y salí de la habitación. Noah no se había movido de su sitio, y Yos no había vuelto.

— Noah, voy a buscar a Yos, ahora vuelvo.

— ¿Puedo ir contigo? No me gusta estar solo. — Asentí y salimos de la habitación siendo precavidos para que ningún guardia nos viera. — Quizá esté en la habitación.

Después de cinco minutos llegamos a la habitación que compartían, pero no había nadie. — Esto es raro, Yos siempre vuelve aquí después de que peleamos por algo.

Salimos de la habitación e iniciamos el camino de regreso viendo el atardecer por las ventanas, el cielo ya se iba oscureciendo. Ya me estaba costando caminar, mi cadera no daba de más. Faltaba poco para llegar a la habitación cuando oímos un escándalo del lado contrario parecía una discusión.

Noah me miró, se dio la vuelta y corrió hacia dónde provenía el sonido, estos niños parecía que no entendían el peligro en el que se encontraban y seguían metiéndose en problemas.— ¡Espera, Noah!

Apuré el paso y no supe que hacer con la escena que me encontré.

— ¡Harry!

Qué. El hombre que me había metido en el coche tenía a Yos medio desnudo mientras que Noah estaba tirado en el suelo.

— ¡Aléjate de él! — grité al sentir ese horrible aroma a celo que provenía de ese alfa, tenía que hacer algo rápido y sacar a los niños de ahí.

Cuando levantó la vista le clavé mi rodilla en su nariz y rodó unos cuantos metros.

— ¡Vamos!

Agarre a Yos y a Noah de la mano y juntando todas las fuerzas que tenía empecé a correr hasta llegar a la habitación, pero justo antes de cerrar la puerta un dolor horrible hizo que cayera de rodillas y soltara un grito de dolor. Toqué mi hombro y casi me desmayo al ver sangre en mi mano.

— ¡Harry! — ambos gritaron llenos de miedo al verme. — ¡Enciérrense en el baño! ¡YA!

Cerré la puerta y me apoyé contra esta justo cuando el alfa dio una fuerte patada al lado de mi cabeza.

Un omega diferente [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora