ⅩⅩⅫⅠ

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🚩(Antes de leer este capítulo contiene escenas de abuso sexual, así que si no es de tu agrado pueden saltarlo.)🚩

Harry

Tuve que trotar para alcanzarle cuando salí de la habitación, ya que ni siquiera se había parado— ¿Dónde estamos?

vse ravno. (no importa)

Suspire negando — No le hagas daño a Noah. No hizo nada malo.

— Has mantenido su culo a salvo, ¿no estás feliz con eso?

— A penas es un adolescente, aún tiene 13 años por dios.

— ¿Crees que no he traficado con más jóvenes? Algunos ni siquiera han nacido y ya son míos.

— Eres un monstruo.

— ¿Y?

Me quedé callado y llegamos a una puerta blanca. Él la abrió y me indicó que entrara primero. Di unos pasos y me quedé en el medio de esta. Era una habitación enorme, decorada con blanco y gris.

— Ahora, quítate el albornoz. Y el collar.

Por un momento me entró el pánico, hasta que recordé las palabras de Louis.

»—Cuando te lo pongas guardaré la llave del candado.  Ese agarre metálico que hay a ambos lados es un candado. Una vez que se abroche ya no se podrá quitar.»

— No me lo puedo quitar.

— ¿Qué?

— No, no se puede abrir sin la llave.

— Vaya yebat'. (mierda)

— ¿Por qué querías que me lo quitase?

— Quería ver por mis propios ojos la mercancía. Es raro que nadie te haya marcado aún. — Mordí el interior de mi mejilla y tragué con dificultad.

— Tenía novio en la Universidad, pero no llegamos a...

— Según mi información, tu Universidad era exclusivamente de omegas.

— Él, iba a otra. — Le miré a los ojos y al segundo los bajé. Esta vez estaba serio, y tenía los ojos clavados en mí.

— Su nombre.

— ¿Por qué?

— Solo lo quiero saber, por charlar.

Ya, claro. Estaba seguro, de que sabía que estaba mintiendo. — Lo, Loris

— ¿Loris?

Asentí con la cabeza y miré mis pies mientras el silencio se hacía más intenso. — Un nombre raro, ¿no crees?

Cerré los ojos cuando una de sus manos se posó en mi mejilla y agarré con fuerza la cuerda del albornoz. — Bueno, dejemos eso de momento. Quítate el albornoz.

Tiré de la cuerda y dándome la vuelta, dejé caer la prenda al suelo. Mi piel estaba fría y erizada, no podía creer que esto estuviera pasando. — Ve al sofá y vete preparándote.

— ¿Prepararme?

— Que te metas los dedos si no quieres que lo haga yo.

— No

— Hazlo — Negué con la cabeza y di marcha atrás mientras él se acercaba.

— ¿Tan pronto te olvidas de un trato? ¿Qué pasará con el pobre niño si me desobedeces?

Un omega diferente [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora