"Recuerdos del ayer pasados"

Capítulo 5

Sigo atormentada con el suceso de ayer, no entiendo qué ha pasado, por qué me he dejado llevar por los labios de Erik? Qué me está pasando… Amo a mi novio, lo amo más que a nada. Pero hay una barrera, y esa barrera sólo la tuve con Erik, el causante de mis sonrisas, el causante de mis dolores, ese mismo chico que me destrozó la vida y que al mismo tiempo me hizo feliz por el simple hecho de estar a mi lado. El dejar de pensarle a todas horas me había ayudado a olvidarle. O al menos eso creía yo. Resultó ser que no lo pude olvidar, y que todo lo que sentí el primer día con Erik poco a poco regresa.

Su nombre lo describe, y aun que sea guapo, adorable y muy bueno sigo pensando que es un chico encantador. Reconozco que David es mucho más indescriptible y que me trata muy bien. Me hace estar en otro planeta cuando estoy con él. Ahora que lo pienso, se me hace difícil para elegir. No quiero usar ni a uno ni al otro, los dos son iguales, son guapísimos y me tratan muy bien pero hay una cosa que los diferencia. David aun no me ha hecho daño y por el momento me demuestra que le importo lo suficiente como para hacerlo, y en cambio Erik, me ha hecho daño y yo como una tonta he aceptado. Y no sé como lo hace pero siempre consigue que vaya detrás de él. Hay veces en que me veo obligada a estar con él. Pero esta vez no quería que ocurriera porque David es mi novio y no puedo permitirme desperdiciarlo.

Eran las 9 de la mañana y toca ir al patio. No me encuentro bien, quiero irme a casa pero no puedo llamar a mi madre como si nada y irme y perder insti, no. Son mis últimos exámenes del trimestre y tengo que hacerlos. David insistió en que me fuera para casa, pero le dije que no. Me sentí presionada, quería que me fuera si o si y eso me estresaba. Entonces le hablé mal y él me dio un beso y me susurró que no pasaba nada que no me pusiera así y me abrazó. Miré hacia la derecha y allí estaba él. Llorando de esquina a esquina. Cuando vi que lloraba de nuevo, giré la cara como si nada y me largué corriendo tras unos minutos detrás suya.

-Dime que no lloras por lo mismo.-

-Si, como quieres que estea? No puedo fingir lo que siento por ti.-

-Nos vemos hoy a las 5 en la entrada del insti y lo hablamos vale? Hablaremos lo nuestro solos tranquilamente.

Volví a darle un abrazo, le sequé las lágrimas y le di un beso en la mejilla. Temía la reacción de David ante esas actuaciones raras que he tenido últimamente con él. Así que decidí explicarle lo que le pasaba a Erik. Me sentí mal, ese iba a ser nuestro primer secreto.

Eran las 5 ya, nerviosa por esa tarde me despedí de mi novio y cada uno se fue por su lado.

-Vamos?.

-Sí, a dónde vamos a ir?.

-Te llevaré a un sitio dónde fue mi primer cita con Carlota.-

Mientras decía esa frase yo me puse  interiormente y exteriormente tocada, puse una cara sorprendida. No me lo podía creer, él quiere que sea como una cita. No sé qué hacer. Y si se me lanza? No sé qué va a pasar entre nosotros, así que me dejare llevar. Llevábamos ya 15 minutos caminando, y me daban ganas de arrancarme las piernas, estaba cansada, pero por fin llegó la hora de decir que ya llegamos.

Tras una pausa de altos suspiros alzo la mirada hacia arriba y me encontraba en un punto de mira en el que veía todo el paisaje, con una puesta de sol asomándose y una hermosa vista de montañas y de pequeñas luces. Abrí la boca y me acerqué más a ese precipicio abducida por la hermosa puesta de sol. Sacó de su mochila una venda, me la puso en los ojos.

-Tranquila, confía en mí, no te pasará nada malo, estoy aquí a tu lado no me moveré.

Me vendó los ojos. Un aroma a su perfume me venía y notaba su olor cada vez más intenso. No oía nada, ni a él, ni a las olas del mar, ni a nadie.
Pero cuando me iba a levantar noté algo delante de mío. Eran sus magníficos pectorales debajo de su camiseta. Yo estaba tumbada en el suelo. Él se me tumbó encima, poco a poco iba besándome el cuello. Sabe que es mi punto débil, por eso me lo debe hacer. Entre beso y beso me susurraba cosas, esas cosas eran entre otras un “Te quiero”, “Déjalo, me prefieres a mi” ,”No te merece, tu amor soy yo”, etc.

No puedo decir que me disgusta, porque me estaba dando cosquilleo en el estómago.
No quería nada más que una charla con él. Pero esa charla acabó en besos.
No pude resistirme. Algo interrumpe un beso, una llamada inesperada de mi móvil. No sabía quién era así que no le di importancia pero vuelve a sonar. Pensé en que sería David ya que él me hizo eso varias veces.

-Sí?- contesté

-Hola mi vida, has llegado ya a casa o aún estas con ese tal Erik?

-Sigo con él, hasta las 7 no iré para casa. Mañana nos vemos amor que me está llamando mi madre. Te quiero.

Cuando colgué me llamó por casualidad mi madre, me dijo que fuera para casa y que no tardara mucho. Así fue que me tuve que ir.

-Lo siento Erik, siento no poder quedarme aquí contigo, aunque me ha gustado esta tarde.-

-Te vas?, no quiero que te vayas sin saber una cosa. Quiero que seas mi novia, y ser yo quien vea sufrir a ese cabrón que no te merece, te va a hacer sufrir y yo te cuidaré y te haré la chica más feliz.

No le pude responder porque ya me alejé corriendo otra vez. No pude despedirme más. Aun que me hubiera gustado mucho.

Pasan 5 minutos desde que llego a casa y veo algo encima de mi mesita. Una carta que no tiene destinatario. Según mi madre es de una grave noticia, me dio un abrazo y ánimos. No sabía de qué me hablaba, abrí la carta y era una nota de los padres de mi amiga Raquel, una de las chicas del grupo.

“Hola Leila, soy la madre de Raquel, Ylenia. Y quería decirte una mala noticia que tengo que escribirte con lágrimas muy profundas. Raquel se encuentra en estado grave en el hospital, apenas le quedan horas de vida. Quisiera que le enviaras un mensaje de despedida antes de que se nos fuera. Muchas gracias, por tu apoyo y por tu ayuda de estos años.”

No me lo podía creer, me tapé la cara y eché a llorar. Un lloro desconsolado y aterrador. Después del lloro le envié un mensaje a su madre para que se lo leyera. Un mensaje que siempre le he dicho y que siempre me gustaría que lo recordara.