Capítulo 36

11 2 0
                                    

Cuando llegué a mi casa me tumbé en el sofá, estaba tan cansada que no sabía ya ni qué hacer, así que intenté dormir. Mañana era otro día más de rutina y tenía que descansar lo máximo que pudiera ya que no podía hacerlo más bien aprovechado. Pero a punto de quedarme ya roncando me acordé que Olga esperaba un mensaje mío y mis amigos igual, no podía dejarlos así como si nada que aún se iban a preocupar y eso tampoco era lo que yo quería.

En primer lugar avisé a olga que fué a la primera que se lo dije. Aprovechando que hablo con ella también le quería pedir disculpas por mis pensamientos nerviosos, me dejé llevar por la vergüenza y le dije de todo sin pensarlo dos veces. Y a Nico también se lo pedí antes de entrar a casa, me he pasado lo sé.


-Buenos días hija, a qué hora llegaste ayer? Tarde verdad?- me acaricia el rostro-.

-Buenos días mamá, no tan tarde, llegué a las 00.00 más o menos y me dormí a las 00.30 pasadas o así. Por qué?- le digo sin abrir los ojos-.

-No, te lo digo porque así te dejo quedarte en casa porque pareces tener fiebre, estás muy destemplada- me tapa y me da un beso en la frente-.

-No da igual ya voy al cole, aun que me encuentro algo mareada y tengo la cabeza fatal- continúo-.

-No te dejaré ir así al insituto Leila, y ya he hablado con los vecinosde aquí delante y como ellos tienen festivo y Nico no va pues te dejaré con ellos. Yo me iré a New York por viajesde negocio 3 semanas y tu padre se va a Singapur a presentar proyectos de su nuevo trabajo de empresario. Estarás con ellos estas semanas así que portate bien y ya sabes que si hay algún problema les dices o me llamas si?- explicaba-.


-Cómo? Me voy a quedar con Nico y su família 3 semanas seguidas?- abro la boca-.

Mi madre me mira y afirma lo que le pregunté. Pero qué hago yo 3 semanas en su casa? Qué vergüenza por dios, cuando le cuente esto a Olga alucinará bastante. Acepto quedarme en casa, dándome como condición que cuando me levantára me fuera para su casa. Una vez que acabó de decirme la planificación que tenía hecha para mí, se despidió de mi al igual que mi padre y los dos se fueron destino al aeropuerto. Yo enseguida me quedé dormida nuevamente.


TOC, TOC

-Hola Leila! Buenos días, pasa, él está todavía durmiendo- me invita a pasar-.

Me encanta ese olor que tiene su casa, una especie de frutos rojos y vainilla que te deja llevar por un mundo de fragancia, que buena olor madre mía.

-Vaya pues sí que duerme que ya son las 12.30h - suelto una carcajada- y la pequeña de la casa también duerme?-.

-Ya te digo muchachita, por supuesto que no duerme, se levanta muy pronto. Se toma muy en serio eso de trabajito fuera de su habitación. Se pone en su cuarto de juegos y juega con su plancha de ropa y su lavadora de juguete. Y Nico? Se pasa el día hablando contigo y con sus amigos sea por teléfono o por Whatsapp, pero eso sí, cuando tiene que ayudar es un ayudante de primera-me alarga ella-.

Le saco mi sonrísa más grande y cojo el mando y pongo un canal correcto para el placer de todos ellos y el mío. Me voy hasta el cuarto donde estaba la peque, es una casa conocida pero no tan bien como para saber cual es el cuarto de juegos de la niña, no se escuchaba ni un solo ruido así que tampoco tenía pistas para acertar con la adecuada. 

Abrí 2 puertas, una de ellas era el lavabo, pareció ser el de Nico por los perfumes y las cosas que usa, y otra fué de su cuarto. Dió la casualidad que eran las dos suyas, será la suerte o no. Cuando abrí la de su cuarto dije "Dayana estás ahí?". 

Llegué a deducir que era su cuarto porque la poca luz que se asomaba por la ventana daba al descubierto varias aspectos que me recordaban aquel día que salimos por la noche y me quedé a dormir por primera vez en su habitación. Me respondió con voz medio dormida, pero yo cerré la puerta y me fuí a la siguiente puerta, esta vez sí era la puerta correcta. La niña al verme se me lanzó a los brazos y me dió dos grandes besos, la cogí por la mano y la llevé al piso de abajo, dónde allí nos esperaban sus padres para ir a comer. Su hermana me condujo antes a su habitación a levantarlo, pero cuando encendió la luz no estaba allí. Entonces nos giramos y estaba él apoyado en la pared esperando a que bajáramos entonces nos miramos, sonreímos y nos sentamos a comer en la mesa.

"Recuerdos del ayer pasados"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora