Eran las 23.15 de la noche, mi madre seguía intentando localizarme. Le cogí el teléfono y me dijo que fuera para casa porque mi padre ya había llegado y la cena ya estaba lista. Estaban poniendo la mesa para 4 y yo me extrañé por un momento,ya que teníamos perro pues pensaba que sería él el invitado a la mesa por primera vez. Pero no, no se trataba del perro sino de Erik, que se apuntaba a cenar y alomejor a dormir en mi casa. Qué raro se me hace ver que un chico quiera con tanto entusiasmo conocer a mis padres que son unos ronis a pesar de que los quiero mucho. Fuimos camino hacia mi casa, y después de una larga caminata por fín llegamos. Abrí la puerta de mi casa con miedo a los típicos chillidos de mi madre cuando llego tarde, pero no, o es por que hay invitados, o es porque le alegra verme feliz al lado de un chico como él.
Fuimos en dirección a la mesa de comer, en el comedor. Allí se encontraba mi padre sentado cabreado con ganas de comer ya. Desesperado coge la cuchara y espera a que todos nos sentemos. Una vez todos sentados, empezamos a comer. Lo unico que se escucha es a mi perro Tommy comiendo a la misma vez que nosotros.
Segundos después Erik coge el vaso y bebe. Yo lo miré y me entró la risa. Mi madre nos mira y también sonríe. Mi padre seguía cabreado por mi retraso.
Mi madre fué la primera en hablar.-Bueno, te gusta la comida?
- Sí, hace muy rica la comida-respondió Erik.
-Muchas gracias muchacho. Y dime, tienes pensado hacer planes con ella?-preguntó curiosa mi madre.
-Mamá porfabor eh.. -dije tapandome la cara con una mano.
- Mira que como le hagas daño te las llevas eh- replicó mi padre
-No no, no le haré daño a su hija, la cuidaré muy bien. Y por supuesto que se lo pediré, pero esperaba más tarde para decirselo.
No sabía dónde esconderme, qué mal ha ido todo. Me quería levantar e irme pero él parecía encantado aun que por momentos lo abochornaban de preguntas.
De un momento a otro mi madre se levanta con mi padre a la cocina, mi padre iba a por vino y mi madre a por el postre.
- Joder,lo siento, no quería que fuera así. Quiero que la tierra me trague ya. Qué ridículo por dios.
-De ridículo nada eh que mis padres son peor, pero son la ostia los tuyos. No te preocupes bebé que todo va a ir bien.
Esas palabras no me tranquilizaron mucho en esos momentos, necesitaba irme a mi cuarto ya!
Regresan otra vez de la cocina, una sonrisa falsa se me dibuja en la cara. Comimos el postre y luego subí.
Cuando Erik me vio subir, vino corriendo detrás mía. Pero antes ayudó a mis padres a poner los platos en su sitio y a recoger la mesa. Subió tan rápido que me pilló desprevenida..-Uups perdoname cielo ya estoy aquí.
- De verdad lo siento, siento que haiga sido así la cena. Tanta angustia y tanta presión que había allí abajo.
- No sé cómo compensartelo.
Erik se quedó pensando su respuesta hasta que mueve sus labios para hablar pero no le salía la palabra así que pasó a la acción. Me besó, me volvió a dar ese beso que me encanta.
Tras una pausa de besos, me voy hacia el cuarto de baño a cambiarme. Cuando salí estaba sin camiseta, y sin que se diera cuenta lo espié durante unos segundos, hasta que me resbalé y caí. En esos momentos me sentí muy avergonzada.-Qué hacías allí metida? Me estabas espiando? Jajajaja
-No, para nada, se me había olvidado el móvil y lo iba a ir a buscar y.. pum me caí.
Me ayudó a levantarme, y una vez estaba en pié, saqué una sonrisita que hizo que me descubriera, no colaba. Decirle lo del móvil era una pérdida de tiempo, él ya sabía que lo estaba espiando. Por eso me lanzó a la cama jugueteando conmigo, nos estiramos, estuvimos abrazados hablando del futuro. Entre besos y abrazos y momentos compartidos escapaban risas, lágrimas de tanto reír, lágrimas de sufrimientos. Una liberación de emociones que tuvimos esa noche hasta quedarnos dormidos.
Mi plan no era que estuvieramos durmiendo juntos y menos en la misma habitación, así que a mitad de noche lo expulsé de la cama sin conciencia...
ESTÁS LEYENDO
"Recuerdos del ayer pasados"
Teen FictionEsta história trata sobre las decisiones de aquellos adolescentes que les cuesta decantarse por dos amores. Esa elección que nos preocupa saber si hemos escogido bien al chico que nos pertoca. Nueve de cada diez personas son víctimas de una de estas...