Capítulo 7

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Llegamos al Lago del Alagro, un lago en el que se ve un anochecer perfecto, un amanecer lleno de luminosidad y un día espectacular, pero cuando llegamos había de nuevo una puesta de sol acercándose, y aunque estoy súper bien con él, no dejo de pensar en la familia de Raquel y en ella.

La hecho muchísimo de menos, no tenerla en clase, ni en los patios ni las tardes conmigo me hace estar muy triste aun que a veces no lo parezca. Hay gente que me hace ser feliz, y a pesar de que estea mal siempre me harán sonreír, una lágrima se me escapa por la cara.

-Qué te pasa corazón?

-No estoy bien .

-Dime, qué te hace sentir mal princesa?

- Sabes quién es Raquel Villalobos?

-Sí, que pasa con ella?

-Está muerta, ya no está aquí con nosotros.- dije llorando.

-Mi vida bonita, ya sabes que me tendrás aquí para lo que necesites, yo siempre estaré a tu lado para momentos malos, y sobre todo momentos preciosos como estos que te pienso dar cada día.

Me secó las lágrimas con su pulgar y en menos de unos segundos tenía mi cabeza en su hombro, tumbados en el aquel césped húmedo, del cual no pasaron ni 5 minutos y caía agua del cielo.

Asustada, empecé a mirar hacia arriba, pero un reflejo indicaba que esas gotas venían provocadas. No podía ser cierto, eran los aspersores del campus!

-Oooh no, qué hago ahora, me estoy mojando el vestido y el pelo, y lo que más odio, el maquillaje!.. Debo estar horrible!!

-Tú no estás nunca horrible, tú sin o con maquillaje eres perfecta. Ven, sígueme.

Me tiraba de la mano hacia los aspersores, al principio no quería, lo veía absurdo, correr en el agua, pero poco a poco lo iba viendo divertido y pensé que sería una aventura más en mi vida. Así que me deje llevar, hasta que acabé empapada. Llegué a una pendiente resbaladiza, y estaba tan pendiente de él que no me di cuenta y me iba a caer. Por suerte estaba allí abajo para cogerme, me decía que me tirara, que confiara en él que me iba a coger. Toda confiada me decidí tirarme, y cuando llegué abajo caí entre sus brazos, encima suya, paramos por un momento de reírnos, nos miramos a los ojos. Sin ser palabras pensadas nos dijimos “Te quiero”.

Pensé que sería una palabra demasiado fuerte para describir con dichos. A escasos centímetros de su boca me detuve, otra vez más suena mi móvil, me separé un poco de él. Mientras recorría mi cuello y mis labios, leía un mensaje de mi amiga Valentina, teníamos 1 hora para llegar al baile y no me daba tiempo. Le escribí un mensaje diciendo que no podía ir. Y así era, yo y David no íbamos, y estaba con Erik, no perdería tiempo de estar allí en un baile que es un rollazo como cada año. Volví a dejar el móvil, y es que no se cómo lo hace a gente pero siempre interrumpen el mejor momento.

Esa noche no tenía pensado hacer nada con él, aunque tuviera deseos, él sabe que voy con limitaciones. Nos abrazamos hasta las 20.55, entre risas, puesta de sol y diversión, sucedió el momento, el momento tan inesperado. Más que inesperado, se podría decir, el peor momento de la tarde, el de volver a casa. Eran las 21.00 de la noche, mi madre ya estaba en casa esperándome para llevarme al baile, la llamé para avisarla de que al final no iba, que se quedaba a dormir hoy conmigo Olga y que vendía a lo mejor Erik y David. Qué hago yo con 2 chicos importantes en mi vida en la misma habitación y compartiendo vivencia en mi habitación. Cuando mi amiga se enteró de que venían, se echó las manos a la cabeza y empezó a decirme como se me había ocurrido eso le dije que necesitaba acabar de aclararme con mi decisión y quería ver como actuaban delante de mío.

Ella me dijo que pasaba de líos, así que le pedí que hablara por mi con David, que quedara con él esa noche y que fuera ella quien le aclarara un poco las cosas y que el final lo aclararía yo. Pero ante todo le dije que no le comentara que cortábamos porque aún no sabía la respuesta segura.

Pasan las horas y sigo pensando en Raquel, si es que no me la puedo sacar de la cabeza, es peor que la migraña, pero me quedo con los buenos recuerdos que hemos pasado juntas, y estos recuerdos acechan a mi vida día a día. Me veo en una situación crítica. Me siento sin fuerzas, soy feliz con mi vida, pero ella podría a ver seguido formando parte de ella, pero ya no está. Mi tristeza aumenta, pero de repente suena el timbre.

"Recuerdos del ayer pasados"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora