Capítulo 52. No estás roto

8.4K 629 546
                                    

Capítulo 52. No estás roto


Yin y Yang, un principio básico que todos dentro y fuera del mundo de la cultivación son conocedores, desde el más grande erudito hasta un pordiosero saben en qué se conforma.

Ambas son energías opuestas que se complementan para formar el mundo en el que vivimos. El Yin hace referencia a la mujer, la oscuridad, la tierra y la pasividad. El Yang está vinculado al género masculino, la luz, el cielo y lo activo.

Es necesaria la convivencia de estas dos esencias para la existencia como la conocemos. Nada puede permanecer estático y no cambiar, el flujo de estas dos energías es un cambio constante en la vida mortal, mundana o no.

Pero dentro de estas mismas dos esencias, hay una gota de la otra que mantiene el equilibrio en ambas. En el Yin hay un poco de Yang, y pasa lo mismo en el Yang. Una mejor manera de entender estos es la existencia del segundo género.

El Yin hace referencia a la mujer, el Yang al hombre, pero se necesita un poco de Yang en el Yin, y ahí es donde entra el omega masculino, y para el Yang con una gota de Yin, serían las alfas femeninas.

Ese conocimiento es antiguo, se desconoce el tiempo exacto en el que el segundo género apareció para mantener el equilibrio en el mundo. Se dice que hay una vieja cultivadora, muy antigua, mencionan que fue la primera omega en cultivar y ascender a los cielos, otros dicen que no es más que un mito, o una deidad menor que decidió permanecer entre los humanos por mera diversión.

Pero la existencia de BaoShan SanRen era real, se desconoce su edad o apariencia, los pocos discípulos que dejo abandonar su montaña para explorar la vida mundana, mantiene el voto de silencio de su hogar, así como el de su maestra.

También se habla de un viejo reinado de omegas, una pequeña colonia que se mantuvo oculta y unida, a pesar de la subestimación de su segundo género. Hay pocos registros de que estos omegas fueron los primeros en aprender sobre la cultivación, pero los viejos alfas engreídos desmienten esta leyenda. Sin registros o pruebas sólidas, no podría saberse nunca la verdad. Los descendientes de ese reino mantienen las bocas cerradas, un secreto que se va perdiendo con los años o se mantiene celosamente guardado a estos omegas.

Pero los omegas no podían hacer mucho del uso del Yang, sus cuerpos no eran los suficientemente resistente o no habían conseguido, aún, la capacidad de usarlo para su beneficio. Pero su ingenio era increíble, su instinto de supervivencia y protección fue más fuerte, fueron persistentes y lograron hacerse de un poder recogido de la tierra y la oscuridad de su reino oscuro.

Los sigilos le dieron la base de sus hechizos, de ese modo podrían mantenerlos por milenios, solo ellos sabrían su uso y base. Pero como el cambio es constante y la evolución también, los omegas no podían ser los únicos en tener una ventaja sobre otros, y así como los omegas supieron tomar ventaja del Yin que les era otorgado, los alfas también hicieron uso de su energía Yang.

Y fue así como la cultivación inició, la energía limpia y pura, ganada por medio de la meditación y los elementos vivos que los rodean. Los alfas fueron más fuertes y fueron capaces de generar esa seguridad en la que los omegas podrían sentirse seguros. Un pensamiento dulce si se piensa en que los alfas buscarían formar familias y pequeñas manadas para proteger, pero la avaricia y la soberbia contaminan fácilmente al ser humano, y sería el Yin dentro del Yang.

Nada es blanco o negro, no todo es bien o mal, hay un punto intermedio en cada acción o palabra del hombre, dependiendo del punto de vista de uno se podría decir que alguien es bueno o malo, pero solo si vez un solo lado de la moneda.

¿Qué tiene de importante esto?

Los cultivadores ahora reinan sobre la tierra, son portadores de luz, son aquellos que protegen a otros de la energía negativa que se descontrola, pero ¿por qué hay esta energía negativa? ¿por qué solo ahora está ahí, de pie?

El omega de Yunmeng JiangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora