Capítulo 72. Todos merecemos ser felices.

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Capítulo 72. Todos merecemos ser felices.



-¡Suéltame!- Jiang Yang se retorció del agarre de Lan Wangji- ¡A-Yu me necesita!

-Lo sé- Jiang Yang se detuvo ante la voz de Lan Wangji- Wei Ying también intentó cuidarme, pero era incómodo tenerlo cerca.

-¿Qué puedo hacer para ayudarlo?-Lan Wangji lo dejó en el suelo, ambos se vieron.

-Esperar- Empujó suavemente a su sobrino de vuelta a su habitación, pronto sería el toque de queda- Shufu viajará a Lanling en una hora, y Xiogzhang lo acompañará. WanYin también están en camino. Debemos quedarnos a cuidar la secta.

-Quiero golpearlo también- Apretó sus puños con ira, su ceño se frunció y Yin graznó sobre su cabeza.

-Mmn.

-Lo tocó, tocó a mi hermano. No lo cuidé.

-Lo hiciste, no tienes la culpa de nada. Lo hiciste bien. Llamaste por ayuda y detuviste todo antes de que empezara.

-¿Puedo ir mañana a Caiyin? Compraré dulces para A-Yu.

-Puedes ir mañana- Asintió- Después de la lectura matutina.

-Gracias, Lan Er-Jiu.

--֍--

Nie HuaiSang bajó a mitad de la noche, realmente no podía dormir tranquilamente como el resto de la familia Jin y Madam Yu. Tal vez, ellos se sentían a gusto ahora que Jin GuangShan no estaba suelto haciendo cosas horribles a medio mundo. Pero no él, no cuando había fallado en sus cálculos, esa era la segunda vez, la primera no debía contar porque Wei WuXian era idiota cuando se trataba de sentimientos, así que no se contará eso.

Había mantenido un ojo en Jin GuangShan todo este tiempo, él mismo iría a buscarlo hasta el noroeste del Tíbet, pero era más escurridizo que una maldita rata. Sus aves no pudieron abarcar muchos terrenos, tuvo que contar del retraso de sus aves migratorias, tal vez ellas podrían encontrarlo, pero era esperar los viajes de ida y vuelta, entonces no serviría de nada la información que recolectaban.

Pero ahora, justo ahora estaba detrás de la puerta que daba acceso a los prisioneros.

-Buenas noches, Nie Er Gongzi, es un poco tarde para estar aquí abajo- Le saludó respetuosamente un cultivador Jin.

-Lo sé, es solo que no puedo dormir después del susto de esta noche- Su voz era nerviosa y tímida, el discípulo Jin solo asintió con una pequeña sonrisa de comprensión- Me gustaría hacerle un par de preguntas a Jin GuangShan.

-De acuerdo, ¿necesita que lo acompañe?- El joven Jin quitó el sello de seguridad- Sus meridianos están bloqueados, pero aún puede ser un poco peligroso.

-Está bien, no abriré su celda, y cualquier cosa, ¿puedo gritar?- Agitó su abanico nerviosamente.

-Seguro, estaré al tanto de cualquier cosa- El discípulo Jin lo dejó pasar.

Nie HuaiSang asintió agradecido con una sonrisa nerviosa, pero cuando la puerta se cerró detrás de él, guardó su abanico en su faja y su mirada se volvió fría y penetrante, sus ojos color oliva parecían brillar peligrosamente bajo la luz de las antorchas. El camino descendente de las escaleras fue solo ocho metros de largo, había una fila de celdas pequeñas, más al fondo había una más grande con barrotes de hierro llenas de encantamientos que evitaban el daño de estas, no había arma espiritual lo suficientemente poderosa para romperlas, esas runas fueron hechas por el primer maestro Jin, un defensor de la justicia, honorable y cálido como el sol, fue una desgracia que dos generaciones pasadas y Jin GuangShan se volvieron codiciosos con la fortuna, la cual fue acumulándose con el tiempo debido al poco uso de ella, salvo para sus gastos necesarios de la secta y de los pueblos.

El omega de Yunmeng JiangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora