《38》

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N A R R A D O R
O M N I S C I E N T E

Argentina se reía a carcajadas mientras que Rusia le hacía cosquillas, ambos estaban sobre la cama del ruso, luego de haber pasado toda la tarde jugando en la nieve. Cuando ambos estaba juntos su lado infantil y juguetón salía a la luz, eso es algo que disfrutaban del otro.

Argentina haya decidido quedarse unos tres días más en el territorio ruso, quería que sus cicatrices terminen de sanar y no quería volver a su hogar hasta que se encuentre mejor, ella necesitaba sentirse a salvo, y estar en su territorio sólo la hacía sentirse atacada, quizás era cobarde de su parte huir de esa forma, pero no soportaría otro ataque, no soportaría la figura de su padre atacandola, al único ser que ella creía que la amaba incondicionalmente.

Rusia había decidido olvidar de momento lo que Bielorrusia le dijo, no quería que aquello perturbara su tiempo con la argentina, además, todo era una simple suposición que no tenía una base muy sólida, él no podía amarla, no de esa manera, él no podría olvidar tan rápido a México.

—¡Basta, ya! ¡Alto! ¡Me rindo, me rindo!— dijo la argentina mientras que se seguía retorciendo en los brazos de Rusia, quien estaba sentado sobre su regazo, mientras que las manos del ruso recorrían sus costillas y cuello.

Rusia río de forma ronca y se quedó quieto sobre la chica, sonriendo en grande, se sentía muy bien con ella, a gusto y bastante animado.

—Иногда мне интересно, кто будет первым ублюдком, который поедет на тебя [A veces me pregunto quién será el primer maldito que te monte].

—Que cosas turbias pensás. Y si usas la lógica vos me estas montando ahora— Rusia rió con gracia y se agachó apoyando sus codos sobre los costados de su cuerpo para no aplastarla.

—Да но не так, как хотелось бы [Sí pero no de la forma que me gustaría]—susurró sobre sus labios, haciendo que Argentina se removiera, levemente incómoda.

Rusia era alguien  atractivo, pero no podía evitar sentir culpa por México, después de todo esa relación terminó por culpa de terceros.

—Che, no sé si sea bueno esto Rusia, además acordate de la promesa que le hice a mi papá, sin relaciones hasta los 18— dijo con una pequeña sonrisa mientras que trataba de apartarse.

Rusia rió y abrazó el cuerpo de Argentina, haciendo que esta sonrisa y también lo abrace, jamás podría rechazar una muestra de afecto por parte de Rusia. Él era su mejor amigo.

—Мой зимний цветок, есть способы заниматься сексом без проникновения, заставлять достигать оргазма разными способами [Mi flor invernal, hay formas de tener sexo sin penetración, hacerte llegar al orgasmo de muchas formas]— susurró en su odio haciendo que esta se estremezca.

Estaba a punto de apartarlo, ella sentía que no estaba bien, hasta que el frío del ambiente fue cubierto por el calor que el cuerpo de Rusia emanaba al estrecharla en sus brazos.
Se sentía muy cómoda como para apartarlo, además, la pelvis de Rusia, que chocaba contra la suya ya sea o no planeado, hacia que se sienta levemente excitada.

—Rusia— gimio su nombre sin querer, no pudo contenerse.

Haciendo que Rusia se tensara y se removiera sobre el cuerpo de la Argentina, haciendo que esta suelte leves jadeos por su cercanía.

—Enséñame— pidió la chica, haciendo que Rusia sonría.

El ruso empezó a besar el cuello de la chica con tranquilidad, la chica empezó a removerse por debajo de su cuerpo, luego sus manos curiosas empezaron a acariciar su torso, acariciando sus músculos mientras que acariciaba su piel.

Niños buenos [#C.H 2] |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora