《15》

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A veces, los recuerdos pasados
de vidas no vividas, afectan la vida del presente.

"El orgullo y la tragedia de ser
su hija, solo me ha traído problemas"
—Gran República Argentina


N A R R A   
A R G E N T I N A


Alemania se disculpó conmigo por la forma en la que actúo, y se disculpó unas quinientas veces más al saber que me había lanzado una botella, de hecho se sentía mucho más avergonzado que antes.

Me prometió que iría a las reuniones, que no faltaría y que me diría en caso de que algo vaya mal, supongo que se estaba abriendo conmigo lo mejor que podía, y para mi eso bastaba, lo intentaba, en serio que lo intentaba, y eso me ponía muy feliz.

Nada más llegue a la sala en la que me reuniría con todos sentí cómo mi cuerpo era jalado hacia atrás, luego sentí como me abrazaban por atrás.

—¿Qué honda?— pregunte al no reconocer a la persona que me abrazaba, ni siquiera podía ver quien era, y eso era incómodo.

Estaba a punto de meterle un codazo y liberarme de aquellos brazos, que me retenían e impedían que entrara a la sala de reuniones, hasta que escuche su voz.

—¿Podemos hablar?— cuando reconocí la voz de Chile me tense inmediatamente, pero asenti, mientras que me alejaba unos cuantos pasos de Chile para poder encararlo.

—¿Qué es lo que pasa?— pregunte, viendo que el único que estaba en la sala era USA, quien no nos prestaba atención, de hecho ni siquiera sabía que estábamos allí.

—Aquí no— pidió en voz baja mirando de forma discreta a USA, un mensaje que entendí.

Asenti en dirección al chileno y camine hacia las puertas, poniendo mi mano sobre el hombro de Chile, guiandolo fuera de la sala, y dejándolo fuera del alcance de cualquier ojo curioso.

—¿Cómo está tu territorio Chile?— pregunte mientras que le sonreía.

Era momento de actuar.

—Bien, bien, he tenido tanto trabajo que tuve que viajar mucho, estuve por más de una semana comiendo comida rápido, mi estómago agradece comer algo más que no sea hamburguesas y ese tipo de cosas.

—Oh pero qué desgracia— le hice saber con una sonrisa— espero entonces que te estés alimentando mejor, siempre puedes venir a mi hogar, te recibiré con platos nacionales deliciosos, no te arrepentirás— Chile asintió y sonrió, estando claramente más relajado.

Era un aviso, debía apurarme.
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Tal vez era el momento de ser sincera con todos, de contar hito a hito cada pauta del plan de mi padre, por qué lo hizo, para qué y si lidiar con tres guerras simultáneas fue la mejor opción antes de centrar todas sus tropas en la recuperación de las islas, lo que parecía su objetivo principal. Pues no.

Recuperar las islas sólo fue una pantalla de humo, el telonero, fue la distracción perfecta para todos, y también una justificación de sus actos. Tanto tiempo esparciendo propaganda y gastando en recursos educativos en convencer al pueblo argentino sobre la soberanía de las islas tenían un claro fin, provocar en ellos una idea patriótica sobre que los ingleses eran nuestros enemigos, cuando en realidad UK estaba tan interesado en nosotros como nosotros estábamos interesados en su país. Un 0% para ser exactos.

¿Qué quería lograr con ello? En un principio, la guerra contra Chile fue una prueba de fuerza y estrategia, utilizar actos terroristas para así poder filtrar soldados de élite en el territorio chilense admito que fue algo brillante, y fue tan buen actor en fingir que en realidad no sabía nada y que estaba preocupado por esa gente que merecía ser aplaudido de pie, pero lo que en realidad mi padre quería lograr con ello fue demostrar de lo que era capaz a los demás países latinoamericanos, obviamente ellos si unían fuerzas podrían derrotar al ejército argentino, por muy fuerte que sea ahora, pero su fuerza ya habría quedado impregnada.

Niños buenos [#C.H 2] |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora