56. Sufrimiento compartido

3.2K 455 1.4K
                                    




"Si intentas apartarte el dolor logrará atraparte"







Capítulo dedicado a emifergress. 🤍








~☆~







1 mes después.








Omnisciente.









- ¡Ya estoy hasta la madre! ¡¿Por qué mierda no despierta?!

- Regina, relájate - el chico moreno resopla. El tono histérico de la voz de la chica solamente empeora la situación en la que ambos se encuentran - No ganas nada poniéndote así.

- No, Dylan. Ya pasó un puto mes, ¿por qué no despierta? ¿qué mierda le está haciendo ese maldito juego?

- No lo sé, pero se supone que Emilio estaba bien. Cuando lo dejamos aquí estaba despierto. Se veía débil, pero por lo menos mantenía sus ojos abiertos.

- Entonces, ¿por qué volvió a desmayarse en la noche? ¡Necesito respuestas, Dylan!

- Yo también, pero no las encontraremos sin tener una explicación clara de lo que pasó y eso no lo sabremos hasta que Emilio despierte - ambos dirigen sus miradas hacia el cuerpo inconsciente del rizado que sigue inconsciente en su cama - Solo hay que seguir esperando, debemos ser positivos.

- Métete tu positivismo por el arco del triunfo, yo no me quedaré aquí parada viendo como Emilio se destruye físicamente. ¡Míralo! Perdió el color de su rostro, se ve.....muerto.

- No digas eso.

- Tú sabes que así no se puso con....- Dylan se apresura a interrumpirle antes de que ella mencione aquel asqueroso nombre.

- Lo sé, pero yo tampoco sé porque esto fue más fuerte.

- ¿Sabes qué? A la verga el positivismo, quédate con Emilio. Recuerda ponerle la toalla húmeda para que su temperatura no suba, también remoja sus labios con agua y refresca su cuerpo.

- Pero, ¿a dónde diablos vas, Regina?

La castaña ignora completamente los reclamos de su amigo. Sujeta su bolso con un poco de más presión para darse valentía; necesita buscar respuestas, no puede permitir que Emilio siga sufriendo de esa manera en la que lo está haciendo.

Sabía a donde tenía que ir, pero solo debía averiguar donde era exactamente. Ella quería buscar a Cedrik, quería que el mismo creador de ese maldito juego le dijera la forma de levantar a Emilio. Y si no lo hacía por las buenas estaba dispuesta a conseguir la información que ella quería pasara lo que pasara.

Decidió meterse en aquel despacho privado de Emilio. Aunque estuviera mal violar la privacidad del rizado no dejó que la razón le dominara, buscó en cada rincón algo que le conduciera a Cedrik. Pero al parecer Emilio se había desecho de absolutamente todo.

No había nada. Jodidamente nada.

Estuvo por lo menos cuarenta minutos buscando sin parar desarreglando todo a su paso hasta que notó que en el gran escritorio había un cajón con cerradura.

De la manera más rápida que pudo buscó una llave, por suerte no le tomó mucho. Emilio no era tan bueno escondiendo las cosas después de todo.

Sex Game [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora