Sex Game [Emiliaco]

9. Día 5

"Tercer y último paso"

~☆~

No ayudó la maldita erección mañanera cuando me desperté al siguiente día. Esta vez tuve que darme un baño con agua fría.

Fui el primero en despertar entre mis amigos y yo en nuestra habitación.

Sin hacer mucho ruido me coloqué mi bañador color amarillo dispuesto a darme un pequeño chapuzón en la piscina de la casa antes de ir al nuevo trabajo. Tomé una toalla y bajé.

La puerta del cuarto de Kate estaba cerrada. Seguí caminando por la casa mientras observaba si había alguien despierto, pero no miré a nadie hasta que llegué a la piscina.

Justamente ahí estaba Emilio.

Mi boca comenzó a hormiguear recordando la vez que me besó. Paró de nadar y me miró.

Nadó hacia la escalera subiendo en ella para salir de la alberca. Gracias al agua el bañador que traía se pegaba a él, desvié mi mirada al notar que se acercaba a mí.

Me preparé mentalmente para recibir su mirada intensa en mi, pero esta nunca llegó.

Pasó a mi lado sin voltear a verme amarrando la toalla a su cintura.

Volteé hacia él y miré su espalda tonificada alejándose. En ningún momento volteó a mirarme.

Dejé la toalla en un camastro y me metí al agua ignorando un pequeño dolor extraño que comenzaba a crecer en mi estómago.

Una hora después la mayoría de los chicos se despertaron. Salí de la piscina y me sequé. Me tocaba hacer el desayuno al lado de Sergio así que llegue a él y ambos cocinamos.

En todo el desayuno Emilio tampoco me miró, estaba ocupado riéndose con Regina.

El dolor en mi estómago comenzaba a intensificarse.

Esta vez el Boss había traído un paquete a la casa donde estaba el uniforme que usaríamos hoy. Para los hombres era solo una playera floja que me quedaba un poco grande de color rojo. En mi espalda decía mi nombre y la frase people shore, lo acompletaba un short del mismo color.

Las chicas traían igualmente una blusa roja con las mismas características que la de los chicos con un short-falda color rojo. Todos traíamos tenis blancos.

En todo el camino hacia el nuevo trabajo me dormí en el hombro de Mariana. Le dije que me estaba sintiendo un poco mal, me pidió que descansara un poco y lo hice.

Podía escuchar todas las conversaciones, pero lo único que quería era dormir mientras esperaba que el dolor en mi estómago se fuera.

Al llegar pude mirar que estábamos en plena carretera.

- ¿Qué es esto? - pregunto mirándolos a todos.

Dylan me señala con su cabeza hacia una dirección y mi boca cae cuando miro en donde trabajaremos hoy.

- ¿Es un camión de comida rápida? - se apresura a preguntar Mariana.

- Sip - le responde Kate - Ya lo habíamos hecho antes y fue muy divertido. Supongo que prepararemos y venderemos comida. Lo que recaudemos será para nosotros.

- Y nuestro problema la última vez fue que no conseguíamos gente, así que preparen un buen show. Divídanse en equipos - pide Dylan.

- Quien quiera puede ayudar a preparar la comida, otros a arreglar y otros a atraer clientes - nos organiza Emilio.