Comencé a retroceder alejándome de la habitación para volver a la salida. Cuando coincidí mi mirada con la de Niko él enseguida abrió sus brazos. De inmediato me lancé a ellos.Sentía demasiado dolor.
- No puedo creerlo, Niko – sollocé.
- Tranquilo, te sacaré de aquí.
A paso rápido volvimos a mi coche, Niko manejó en todo el camino mientras que yo me hundía en el asiento del copiloto.
Me sentía destruido, yo amaba a Dayana. Juré amarla hasta que la muerte nos separara y ella no lo cumplió, me traicionó.
En todo el camino seguí sollozando en voz baja.
Niko hizo un par de llamadas rápidas y estacionó.
Alcé mi vista y noté que no estábamos en mi casa. Mariana salió de la que era su casa.
Tallé rápidamente mi rostro y fingí una sonrisa.
- A mí no me vas a hacer pendeja, ven para acá – jaló mi cuerpo hacia el suyo fundiéndonos en un abrazo.
Después de sollozar un rato en su hombro caminamos hacia su casa, entramos y paré al notar la presencia de alguien más.
Era Sarahí.
~☆~
- Y entonces los vi a ambos en una cama encima del otro, oh por dios – puse ambas manos en mi rostro – Fui muy ciego.
- Odiamos verte así, Joaco ¿quieres que hagamos algo al respecto? – preguntó Mariana sobando mi espalda.
- No, creo que nada.
- Pues yo si sé que podemos hacer – Niko se levantó de su asiento llamando nuestras atenciones.
- ¿Qué cosa? – peguntó Sarahí mirándolo curiosa.
- Acompáñame – la jaló consigo y se escabulleron en la cocina.
- ¿En serio no quieres que haga algo por ti, Joaco? – insistió Mariana una vez que estuvimos solo ella y yo.
- No Mari, solo....solo abrázame por favor – le pedí. Ella lo hizo.
Unos minutos después Nikolas y Sarahí volvieron con varias botellas de alcohol, vino y aguas minerales. Todo lo colocaron en la mesita que estaba frente a nosotros.
- Hoy vamos a tomar hasta embrutecernos, ¿jalan? – nos preguntó Niko.
- Yo jalo – dijo Sara alzando su mano.
Miré a Mariana y ella me sonrió.
- Súper jalo - respondió.
- No lo sé, no creo que sea el mejor momento.
- Vamos, Joaco, no desjales – hizo un puchero ridículo.
- Bueno, está bien, pero solo una.
1 hora después.
- ¡Quisiera morirme de una buena peda! – gritó Niko encima de la mesa.
- ¡Porque esto de amarte me trajo problemas! – canté a todo pulmón con una botella en mi mano simulando un micrófono.
- A través del vaso yo miro tu cara, las ganas de verte no se van con nada – cantó Mariana, ella estaba tirada en el suelo.
- Tengo mucha prisa por ir a buscarte luego me arrepiento me gana el coraje, fue la decepción más grande que he tenido, lo que tú me hiciste es lo peor que he vivido – canté con Sarahí, ella estaba a mi lado, parados encima de el sillón.
- ¡Dime cantinero tu sabes de penas! A los cuantos tragos me olvido de ella – cantamos todos fuertemente.
- Ella me cambió por unos kilos de músculos - cambié la letra y todos rieron - Hoy quiere volver mejor que no vuelva, porque yo no quiero saber de su vida, recordar sus besos solo me lastiman, a través del vaso yo la sigo viendo, porque como un loco la sigo queriendo ¡la sigo queriendo! – golpee mi pecho dramáticamente.
- Bueno, ya fue mucho – Niko apagó la música.
- Oye que te pasa – me quejé – Ya estaba bien entonado.
- Oh mejor dicho ya lo estás – corrigió – Todos estamos hasta el culo.
- Esa...hip...era la idea ¿no? – preguntó Sara en medio de un ataque de hipo.
- ¿Qué idea? – me senté en el sillón con la ayuda de Sara.
Niko ayudó a Mariana a levantarse del suelo. Ambos tomaron asiento en el otro sillón que estaba al frente de nosotros. Mari habló.
- Digamos que me metí en un juego – soltó una pequeña risita.
- ¿Juego? – ella asintió frenética.
- También metí a Niko – lo miré y él asintió.
- Y le dije a Niko que sería buena idea incluirte a ti – agregó Sara. Ella permanecía a mi lado.
- ¿Qué tipo de juego? – pregunté confundido, el alcohol no me dejaba pensar con claridad.
- Digamos que es solo diversión, alcohol y fiesta – Mariana me miró divertida.
- ¿Y cómo le hago para entrar? – Niko y Mariana sonrieron.
- ¿Entonces si entrarás? – me preguntó Niko.
- Si ustedes van ¿por qué yo no?
- ¡Excelente! Solo necesito tu firma y estás dentro – celebró Mariana.
- ¿Tú no quieres entrar? – le pregunto a Sara que sigue a mi lado.
- Aunque quisiera no puedo, tengo que hacer unas cosas importantes – puso un puchero en sus labios.
- ¿Qué cosas importantes?
- No me acuerdo – alzó sus hombros – Sólo sé que es importante – soltó una risita.
- Bueno, ¿y cuándo empieza el juego? – pregunté emocionado.
- Mañana mismo.
apmo. 💜
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Sex Game [Emiliaco]
Fanfiction- "Bienvenido a mi juego de sexo, chico heterosexual". [Terminada]