22. Día 12

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"¿Amistad?"



~☆~




Joaquín.


No negaré que me sorprendió la manera en la que Emilio embestía en mi cuerpo de manera violenta, no mentiré al decir que no me dolió, pero ese dolor no se comparó al que sentí al verlo llorar toda la noche.

Tratando de ignorar el dolor que comenzaba a sentir en mi trasero me acerqué a su cuerpo y lo abracé. Nos acosté en la cama y me dediqué a acariciar su cabello toda la noche. Tardé muchísimo para que pudiera dormirse, pero finalmente lo logré.

Yo no sabía que ver llorar a Emilio haría que mi corazón doliera con tanta fuerza. Emilio era un chico risueño, divertido, alegre y positivo. Él era el tipo de persona que le gustaba divertirse, pero con un límite, en estos once días que llevaba de conocerlo jamás lo había visto llorar y menos de la forma en la que lo estaba haciendo.

Pero su llanto era diferente, lloraba buscando la forma de desahogarse, pero aun no entiendo de que. Que es lo que hice o que pasó con él. Una cosa tengo muy clara y es que no lo quiero ver mal.

Aunque quiera negarlo sé que le tengo un cariño muy diferente. Él más que ser mi compañero de cama es mi amigo, pero un especie de amigo que puedo besar sin pensar que está mal y abrazarlo mientras me hace sentir tan bien con tan solo estar con él. Tal vez estoy luciendo un poco ridículo porque realmente sé el verdadero nombre de lo que es Emilio para mí, pero no lo diré.

Ni lo aceptaré.

Somos amigos, amantes en la cama y somos una especie de "pareja" el resto de las vacaciones en secreto. Es lo único que debo tener claro.

Emilio es tan diferente a todo lo que he conocido toda mi vida. De alguna manera él es todo lo que yo no soy. Somos tan diferentes y a la vez tan iguales.

No entiendo la razón de mis celos sin sentido cuando lo veo con alguien más. Me siento posesivo con él, me siento el dueño de su cuerpo, de él en sí. Solo quiero que me mire a mi todo el tiempo, que me sonría a mí, que me bese a mí y que me abrace a mí.

Jamás me había sentido así antes, usualmente en mis relaciones no me comportaba tan meloso, mis parejas nunca fueron tan cariñosas conmigo y supongo que en el fondo yo siempre quería eso.

Quería a alguien que me hiciera sentir bien, que sus brazos fueran mi lugar favorito. Que con solo sonreírme me hiciera sentir bien.

Algo así como.....Emilio.

Dayana nunca fue tan cariñosa conmigo, al principio pensé que sería la mujer de mis sueños. Era lo que siempre soñé. Una chica con un excelente cuerpo, bello rostro, sonrisa perfecta, con estilo único y que se valía por sí misma. Me encantaba todo de ella, pero al paso del tiempo comenzó a cambiar portandose indiferente conmigo mientras que yo me enamoraba más y más. Quería cosas nuevas, quería saber que era tener una cita romántica, una noche de películas entre besos y abrazos, pero a ella nunca le gustaron ese tipo de cosas.

Me dijo que no estaba para esas payasadas. Que éramos unos adultos no unos niños.

Y yo como un ciego seguí cumpliendo sus antojos y deseos sin un pero.

Siempre me dediqué a satisfacerla a ella, hacía todo lo que me pedía y decía esperando a cambio por lo menos un beso.

Creo que ese fue mi gran error.

Y en el caso de Emilio era todo lo contrario. Inusualmente cada vez que terminábamos nuestra ronda de sexo me subía a su pecho para acariciar mi cabello de una manera demasiado íntima. Yo aprovechaba para acostar mi cabeza sobre su pecho mientras escuchaba el latido de su corazón.

Sex Game [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora