Sex Game [Emiliaco]

19. Día 10

"Primer regla rota"

~☆~

Joaquín.

Un fuerte dolor se hizo presente en mi cabeza haciéndome levantar de la cama. Estaba en el despacho. ¿Cómo mierda había acabado en el despacho?

Todo hace click en mí al notar que solo tengo un bóxer puesto que no es mío, mi ropa está en el suelo ligeramente doblada y hay una botella de vodka en la cama. Tal vez Emilio me había follado, sí, obviamente tenía que ser eso.

Tallo mi rostro en un intento de despabilarme. Camino hacia el baño del cuarto y lavo mi cara. Mi atención se va al pequeño recipiente de condones que está en el lavabo. Sonrío mientras niego, tomo una pequeña toalla y seco mi rostro.

Tomo mi bañador y envuelvo mi cuerpo con solo esa prenda mientras cuelgo en mi hombro mi playera. Abro la puerta y la cierro detrás de mí. Puedo alcanzar a divisar a Dylan, Regina, Sergio y Niko.

Camino hacia la mesa y me siento en mi silla de siempre - Por lo menos Joaco no se ve tan de la verga - alzo mi rostro encontrándome con la mirada de Regina.

- ¿Por qué lo dices?

- ¡Míranos! Parece que un pinche ferrocarril pasó por nosotros y regresó seis veces, ¿te acuerdas de algo?

- Yo solo recuerdo que nos divertíamos en el Yate y le seguimos aquí, pero después de eso no recuerdo nada. Sinceramente me duele mucho la cabeza - con mis manos comienzo a sobar mi sien.

- ¿Alguien puede explicarnos por qué Sergio y yo amanecimos desnudos en el patio? Me duele la puta espalda y el culo de paso.

- Tal vez follaron y se durmieron una vez que acabaron - digo con obviedad.

- ¿Y tú? ¿Cómo acabaste en el despacho?

- Ni idea, no me acuerdo - minutos después observo llegar a Kate y a Mariana con nosotros - ¿Han visto a Emilio?

- El Boss llamó y le pidió que fuera con él. Ya tiene una hora de que se fue - me responde Regina.

- Díganme que no soy la única que siente que le explotará la cabeza - Mariana talla su rostro haciendo una mueca de dolor - Esta es la primera vez que me está dando una buena cruda y según yo ya dominaba bien este pedo.

- Creo que fueron las bebidas del fulano ese - Dylan se acerca a nosotros depositando el desayuno de hoy en nuestros platos.

- ¿El que se le quedaba viendo mucho a Emilio?

- Sí, Regina, él.

- ¿Pues qué les puso o que? - pregunta Kate.

Todos alzamos nuestros hombros - Ni idea - respondo.

- En una de esas tal y nos pone astrales y ahí sí ya valimos verga - Sergio hace una seña con sus manos que nos hace reír a todos.

- Mejor coman y ya después tratamos de adivinar lo que pasó anoche - pide Dylan.

Todos no ponemos objeción, comemos en silencio mientras el tiempo pasa.

He estado mirando varias veces hacia la puerta esperando a que Emilio por fin llegue. ¿Por qué tarda tanto?

- ¿Cómo te sientes? - acaricio la mejilla de Mariana, la oigo suspirar.

- Ya no tan mal, pero aún me siento de la verga, ¿y tú?

- Estoy igual que tú.

- ¿Ya te sientes más tranquilo? - frunzo mi ceño - Por lo de ayer.

- Oh, sí, todo está bien.