34. Día 18

4.9K 449 770
                                    

"Latidos significativos"






~☆~






Joaquín.




Un dolor leve en mi rostro me hizo despertar. Cuando arrugué mi ceño en un intento de despertar sentí dolor y cuando acerqué mis manos para tallar mi rostro todo empeoró.

Pero, ¿qué mierda había pasado?

Me siento en la cama y lo primero que veo son dos cuerpos tirados en el suelo.

Los identifico como Kate y Emilio.

¿Qué hacían en el suelo?

Tratando de no hacer el más mínimo ruido bajo de la cama y me dirijo al baño. Cuando entré en el cerré la puerta detrás de mí.

Tapé mi boca con mis manos al verme en el espejo.

Pero, ¿qué mierda?

Tengo dos moretones en mi rostro. Uno en mi quijada y el otro en mi pómulo, pero no se veía tan grave. Era como si estuvieran desinflamandose rápido.

Lo más sutil que puedo trato de lavarme la cara, después los dientes, hago mis necesidades y finalmente salgo del baño.

Suspiro al ver a Kate despierta sentada en la cama.

- Buenos días - la saludo mientras me siento a su lado.

- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

- Pues - rasco mi nuca mientras me dejo caer en la cama - Me siento bien, pero mi rostro dice lo contrario, ¿puedes recordarme lo que pasó?

- ¿No lo recuerdas?

- No lo sé, tengo una idea, pero no estoy seguro.

- Déjame refrescarte la memoria, te agarraste a putazos con un pinche mastodonte.

- ¿En serio? Lo único que recuerdo es que traté de ayudar a Regina porque se estaba peleando con una chica, pero en cambio recibí un golpe y de ahí no ví nada más.

- Pues el tipo ese te dió dos golpes y con eso quedaste en modo tieso - frunzo mi ceño.

- Recuerdo dos golpes, también recuerdo ver el rostro furioso de Emilio, pero después de ahí nada. ¿Qué pasó?

- Pues a Emilio se le metió el demonio y le dió sus buenos putazos al wey, pero este pendejo no venía solo y pues ¡pum! ¡wuam! ¡pom! Le dieron en la madre a Emi, pero a los minutos llegaron Sergio y Dylan para ayudarle. Nombre, pinche espectáculo de primera, pero tuvimos que irnos porque no despertabas.

- Te lo juro que no podía, me sentía demasiado cansando y no pude abrir mis ojos en ningún momento así que dejé que el tiempo pasara.

- Está bien, tal vez no estás acostumbrado a desvelarte todos los días, pero bueno, lo importante es que ya estás bien.

- ¿Emilio está bien?

- Pues según él no le dolía nada, estuvo cuidándote a cada minuto, no se separaba de ti. Fue un pedo para entretenerlo y hacer que se durmiera. No quería quitarte el ojo de encima.

Sonrío levemente.

- ¿En serio?

- Que sí, verga.

- Bueno, está bien.

- Órale pues, yo mejor me iré a mi cama, la espalda me duele como si me hubiera follado un toro, pero bueno, me alegra que estés mejor. Puedo ponerte un poco de maquillaje para que no se vean tus golpes.

Sex Game [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora